sep 19th, 2011. En: Propuestas del editor.
Un estudio halla que el potasio mejora la salud del corazón, y la sal la daña
Señalan que la combinación de mucho sodio y poco potasio es un ‘golpe doble’ para el riesgo cardiovascular Demasiada sal y muy poco potasio en la dieta podrían aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte, muestra un estudio reciente.
Estudios anteriores habían hallado una asociación entre la hipertensión, los niveles altos de consumo de sal y los niveles bajos de ingesta de potasio. La combinación de mucha sal (que a veces se conoce como sodio) y poco potasio parece conllevar un riesgo más potente de enfermedad cardiovascular y muerte que cada mineral por sí mismo, apuntaron los autores del estudio.
“La combinación de mucho sodio y poco potasio realmente es un doble golpe para el riesgo cardiovascular y la mortalidad”, apuntó el investigador líder, el Dr. Frank B. Hu, profesor de medicina de la Facultad de medicina de la Harvard.
Aunque el sodio y el potasio actúan de forma independiente, los niveles altos de potasio pueden contrarrestar parte del efecto del sodio alto, aseguró Hu. “Pero los efectos adversos del exceso de sodio no pueden compensarse por completo con una dieta rica en potasio”, advirtió.
Para el estudio, que aparece en la edición del 11 de julio de la revista Archives of Internal Medicine, el equipo de Hu recolectó datos sobre 12,267 personas que participaron en el Archivo de mortalidad relacionada con la tercera Encuesta nacional de examen de la salud y la nutrición, de 1988 a 2006. Además de los datos sobre la mortalidad, esta encuesta contiene información sobre la dieta.
Para averiguar el papel de la sal y el potasio en el riesgo de muerte y enfermedad cardiovascular, los investigadores observaron los niveles de esos minerales y la proporción entre ellos. Durante un seguimiento promedio de 14.8 años, 2,270 personas murieron. De ellos, 825 murieron de enfermedad cardiovascular (que incluye el accidente cerebrovascular) y 443 de enfermedad cardiaca.
Tras tomar en cuenta variables como el sexo, la raza y la etnia, el peso, la hipertensión, la educación y la actividad física, el grupo de Hu halló que una ingesta alta de sal se asociaba con un aumento de 20 por ciento en el riesgo de muerte, mientras que una alta ingesta de potasio se asociaba con una reducción del 20 por ciento en el riesgo de muerte.
Además, un consumo alto de sal junto con una baja ingesta de potasio fue un factor de riesgo significativo de enfermedad cardiovascular y cardiaca, añadieron los investigadores.
“Debemos seguir reduciendo la cantidad de sodio de la dieta, sobre todo en los alimentos procesados”, dijo Hu. “También debemos fomentar un consumo alto de potasio, sobre todo de frutas y verduras”, añadió. “Ambas cosas deben ir juntas”.
Aunque el estudio halló una relación entre la enfermedad cardiaca y los dos minerales, no probó causalidad.
En un comentario sobre el estudio, Lona Sandon, profesora asistente de nutrición clínica del Centro Médico de la Universidad Texas Southwestern en Dallas, dijo que “los hallazgos no me sorprenden”.
Hace años se conocen los beneficios del potasio para contrarrestar los efectos de la sal y controlar la hipertensión, pero se les presta poca atención, lamentó Sandon. “En la literatura de investigación anterior ha habido pistas de que la proporción entre ambos podría ser más importante que los nutrientes individuales”, dijo.
Las dietas ricas en frutas y verduras se asocian con una mejor salud cardiaca, señaló Sandon. “Las frutas y verduras son la mejor fuente natural de potasio, y son naturalmente bajas en sodio”, explicó.
“Concurro con los autores en que se debe dar más énfasis a la importancia de consumir más potasio y reducir la ingesta de sodio”, enfatizó Sandon.
“La dieta DASH (por la sigla en inglés de métodos dietéticos para reducir la hipertensión) hace justo eso, y ya hace tiempo que se conoce”, afirmó. “Anima a la gente a comer más alimentos ricos en potasio (frutas, verduras y lácteos bajos en grasa) y a comer menos alimentos llenos de sodio”.
Sandon anotó que esto concuerda con las Directrices dietéticas para los estadounidenses de 2010, que animan a una mayor ingesta de frutas y verduras y a reducir la ingesta de alimentos ricos en sodio.
Esas directrices recomiendan que los estadounidenses limiten su ingesta diaria de sal a menos de 2,300 miligramos (alrededor de una cucharadita) para la mayoría de personas, y a menos de 1,500 miligramos para las personas mayores de 51 años, todos los negros y las que sufren de hipertensión, diabetes o enfermedad renal crónica, independientemente de la edad.
(Fuente diariosalud.net)
sep 19th, 2011. En: Propuestas del editor.
La falta de sueño aumenta el riesgo de hipertensión
Una falta de sueño de ondas lentas (SVS, en sus siglas en inglés) es un excelente predictor de la hipertensión en varones de avanzada edad, según un estudio publicado en Hypertension: Journal of the American Heart Association.
El SWS es una etapa del sueño caracterizada por un movimiento no rápido de los ojos. Un grupo de investigadores encabezado por Susan Redline y Peter Farrel, del departamento of Medicine at Brigham and Women´s Hospital and Beth Israel Deaconess Medical Center, Harvard Medical School de Boston, han llevado a cabo un estudio sobre los trastornos del sueño en varones ancianos, en que descubrieron que la falta de sueño aumentaba en un 80 por ciento las posibilidades de padecer hipertensión.
“Nuestro estudio muestra por primera vez que la mala calidad del sueño aumenta el riesgo de hipertensión, un efecto que parece ser independiente de las pausas respiratorias producidas durante el sueño”, afirman Redline y Farrell.
784 hombres con un promedio de 75 años, un índice de masa corporal media de 26,4 kg/m2 y procedentes de 6 regiones representativas de Estados Unidos y no diagnosticados con hipertensión fueron estudiados en sus casas mediante la polismnografía que medía la actividad de las ondas cerebrales durante las dos etapas del sueño: fase REM y fase no REM, a la vez que se medían los trastornos respiratorios y el nivel de oxígeno durante el sueño. Los investigadores midieron una amplia gama de los indicadores del sueño tales como la frecuencia delas alteraciones en la respiración, la duración de cada fase del sueño, el número de despertares nocturnos y la duración del sueño.
Los resultados demuestran que aquellos hombres que pasan menos del cuatro por ciento del sueño en SWS presentan más posibilidades de padecer hipertensión arterial en los 3,4 años siguientes, lo que duró el estudio. Es decir, que la mala calidad del sueño está relacionada con mayores posibilidades de hipertensión, independientemente de otros aspectos.
El sueño de ondas lentas tiene implicaciones en el aprendizaje, de memoria, de funciones psicológicas y el sistema nervioso. El sueño, la dieta y la actividad física son determinantes para una buena salud, incluida la salud del corazón y el control de la presión sanguínea. A pesar de que las personas mayores presentan falta de sueño, nuestro estudio muestra que no es una condición benigna. La mala calidad del sueño puede ser útil para prevenir enfermedades”, concluyen los autores.
(Fuente: diariomedico.net)
sep 19th, 2011. En: Propuestas del editor.
Prioridades para la salud cardiovascular en las Américas. Mensaje clave para los decisores. Organización Panamericana de la Salud 2011.
Este documento realiza un resumen de las prioridades de la salud cardiovascular, es el resultado de un proceso de consulta de largo alcance centrado en la prevención a nivel poblacional, el riesgo integrado y el control de las enfermedades, así como en la organización de los servicios de salud. Las prioridades han sido agrupadas alrededor de las cuatro líneas de acción de la Estrategia Regional:
a) políticas públicas
b) vigilancia
c) promoción de salud y prevención de enfermedades y
d) control integrado de las enfermedades crónicas y de sus factores de riesgo.





![Glosario: hipertensión [Hipertensión arterial en la atención primaria de salud. 2009]](http://temas.sld.cu/hipertension/files/2016/04/Glosario-e1541006177950.jpg)



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