La curva en J de riesgo cardiovascular y cómo se relaciona con la hipertensión sistólica aislada. [El texto completo de este artículo sólo está disponible en inglés]
Por: Franklin, S.S. Hipertensión. 2011;28:99-101. – vol.28 núm 03
Persiste la controversia sobre la presencia e importancia de la «curvas en J» respecto al mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) en personas mayores con hipertensión sistólica aislada (HSA). Un estudio Framingham reciente con variables primarias mostró que de los 4 componentes de presión arterial (PA) (PA diastólica [PAD], presión arterial sistólica [PAS], presión de pulso [PP] y la presión arterial media [PAM]) sólo la PAD mostraba tendencias no lineales como una curva J del aumento de riesgo de ECV. Esta revisión está encaminada a lograr una mejor comprensión de las causas y las consecuencias de los fenómenos de la curva en J.
La preeclampsia requiere una rápida hospitalización
Un documento de la Sociedad Americana de Hipertensión lo recomienda e indica que clasificar la enfermedad como leve o grave
Un documento de la Sociedad Americana de Hipertensión (ASH), publicado en el “Journal of the American Society of Hypertension”, indica que clasificar a la preeclampsia como leve o grave es erróneo y recomienda la rápida hospitalización ante la sospecha de la enfermedad.
“La sospecha de preeclampsia es motivo suficiente para hospitalizar a la paciente”, señaló el Dr. Marshall D. Lindheimer, de la Universidad de Chicago (Estados Unidos), después de presentar el documento durante una conferencia.
La hospitalización inmediata “minimiza el riesgo de que la enfermedad avance rápido a una fase fatal o que la paciente sufra convulsiones repentinas fuera del hospital”, explicó el Dr. Lindheimer.
“Controlar a la paciente fuera del hospital no es suficiente para manejar la preeclampsia. La ASH no recomienda la hospitalización como un dogma, pero opina que las pacientes deberían ser hospitalizadas”, añadió.
El coste anual estimado del tratamiento de la preeclampsia es de unos 7.000 millones de dólares y produce entre 50.000 y 70.000 muertes maternas y unas 500.000 muertes fetales por año.
La enfermedad es una de las principales causas de parto prematuro. Por ahora, el parto es la única cura disponible.
El objetivo del documento presentado es dar más uniformidad a la definición de la preeclampsia, unificar el tratamiento y aclarar que es seguro el uso de antihipertensivos durante la aparición y el curso de la enfermedad.
El Dr. Lindheimer señaló que ensayos en animales y algunos estudios preliminares sobre seres humanos demostraron que la proteína en orina se puede revertir con tratamientos.
“Después de la hospitalización, hay que actuar día a día a partir de las semanas 26 a 28 de embarazo”, comentó.
“El tratamiento se realiza según los signos y los síntomas de la hipertensión y si hay órganos vitales afectados. El objetivo es lograr que el embarazo avance lo más posible para que el bebé pueda nacer seguro”, finalizó el experto.
(Fuente: Jano.es)
Policy options to reduce population salt intake. (pdf: 202 kb)
Por: Francesco P Cappuccio, Simon Capewell, Paul Lincoln y Klim McPherson. BMJ 2011; 343:d4995.
La una dieta con alta cantidad de sal tiene efectos perjudiciales sobre la presión arterial y los parametros cardiovasculares. La pregunta, dice Francesco Cappuccio y sus colegas, no es la solo conveniencia de reducir el consumo de sal, si no la forma de hacerlo.
Con la próxima reunión de las Naciones Unidas para las enfermedades no transmisibles en la mente, hacen llegar una alerta sobre la política de consumo de sal a nivel poblacional.
Las personas que practican ejercicio durante 15 minutos al día -o 92 minutos a la semana- incrementan su esperanza de vida en tres años en comparación con las personas inactivas, según un estudio publicado en The Lancet.
“El ejercicio a niveles muy bajos reduce la mortalidad por cualquier causa en un 14%”, afirma Xifeng Wu. uno de los autores principales del estudio, catedrático de la Universidad de Texas (Estados Unidos), para quien “los beneficios del ejercicio parecen ser significativos, sin llegar a la cantidad recomendada de 150 minutos por semana, basada en resultados de investigaciones previas”.
El equipo de otro de los autores principales, Chi-Pang Wen, profesor de Medicina de los Institutos Nacionales de Investigación en Salud de Taiwán , encontró que el riesgo de muerte por cualquier causa descendió en un 4% por cada 15 minutos más de ejercicio, llegando hasta los 100 minutos de ejercicio al día durante el estudio. Así, la actividad física durante 30 minutos diarios añade unos cuatro años en la esperanza de vida. “Estos beneficios son aplicables a todos los grupos de edad, de ambos sexos y a personas con riesgos de enfermedades cardiovasculares”, señalan los autores.
Según la investigación, si las personas sedentarias en Taiwán hicieran un poco ejercicio diario, una de cada seis muertes podría ser pospuesta. “Sería una reducción estimada de mortalidad similar a la de un programa de control del tabaco con éxito”, aseguran los autores.
En el estudio, que siguió a 416.175 taiwaneses entre 1996 y 2008 durante un promedio de ocho años, los participantes completaron un cuestionario sobre su historial médico y su estilo de vida, así como la actividad física que realizaron por semana durante el mes anterior, recogida por intensidad (baja, moderada o alta) y tiempo.
Asimismo, para tener en cuenta los efectos laborales, los participantes también caracterizaron la actividad física realizada en el entorno de trabajo, que va desde la actividad sedentaria al trabajo físico duro.
Los que realizaban menos de una hora a la semana de actividad física fueron clasificados como inactivos, el 54% de todos los participantes. Otros fueron clasificados en un nivel bajo, medio, alto o muy alto, sobre la base de la duración y la intensidad de su ejercicio. Los investigadores calcularon el riesgo de mortalidad y la esperanza de vida para cada grupo.
Los participantes con bajo volumen de ejercicio tenían menores tasas de mortalidad que las personas inactivas, independientemente de la edad, el riesgo de enfermedad de género, el estado de salud, el consumo de tabaco, consumo de alcohol o enfermedad cardiovascular.
Los investigadores señalan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan por lo menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana. Un tercio de los adultos estadounidenses cumplen con esa pauta, y alrededor del 20% de los adultos en China, Japón o Taiwán. (The Lancet 2011;doi:10.1016/S0140-6736(11)60749-6)
(Fuente: Revista Finlay)
Nutrición: Reducir la ingesta de sal podría salvar millones de vidas
La reducción de la sal en la dieta podría salvar millones de vidas cada año en todo el mundo al disminuirse considerablemente los riesgos de enfermedades cardíacas y los accidentes cardiovasculares, según ha comentado el Prof. Francesco Cappuccio, cuya ponencia en la reunión de alto nivel sobre enfermedades no transmisibles de Naciones Unidas, que se celebrará en septiembre, versará sobre este asunto.
La investigación de Cappuccio, publicada en el British Medical Journal, ha demostrado que una reducción de 3 gramos de sal al día podría evitar hasta 8.000 muertes por ictus y hasta 12.000 muertes por cardiopatía isquémica al año en el Reino Unido.
Una reducción de sal similar en Estados Unidos se traduciría en 120.000 casos menos de cardiopatía isquémica, unos 66.000 ictus menos y 99.000 infartos de miocardio menos cada año. Con ello, también se podrían ahorrar hasta 24.000 millones de dólares anuales en gastos de atención de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido un objetivo mundial para reducir 5 gramos la ingesta de sal en la dieta por persona para el año 2025. Sin embargo, la ingesta de sal en muchos países es actualmente muy superior a esta cantidad. De hecho, la ingesta diaria promedio en el Reino Unido llega actualmente casi a los 9 gramos. No obstante, según los expertos, la pregunta no es si se debe reducir la ingesta de sal, sino cómo hacerlo de manera efectiva.
El Prof. Cappuccio y los coautores del estudio aseguran que el cambio de comportamiento personal y la elección libre de cada individuo no es una opción efectiva y realista, puesto que la mayoría de la sal se añade a los alimentos antes de su venta y la incorporación comercial de la sal a los alimentos se está convirtiendo en una tendencia global.
Según estos expertos, se hace necesario un enfoque de cuatro vertientes para llevar a cabo una política integral. En primer lugar, habría que establecer campañas de sensibilización pública, así como la posterior evaluación de las mismas. Por otra parte, consideran necesaria una reformulación para establecer objetivos progresivos de reducción de la sal en los alimentos procesados ya existentes y colaborar con la industria de alimentos en el establecimiento de normas para los alimentos nuevos. Otra de las estrategias sería la monitorización del proceso a través de una topografía de la ingesta de sal de la población, así como del progreso de la reformulación y la eficacia de las campañas. Por último, aseguran que sería necesario establecer un compromiso con la industria, que incluyera regulación, para crear igualdad de condiciones a fin de no crear desventajas a las empresas.
Para Cappuccio, “debe ser reconocida la gran responsabilidad de los fabricantes de alimentos en la contribución a disminuir la epidemia de enfermedades cardiovasculares”. “La colaboración del mercado, la industria, la sociedad, los gobiernos y de todos los que se necesitan para desempeñar este proyecto es fundamental. Sin embargo, la negación y la dilación serán costosas en términos de enfermedades evitables y de gastos “, concluye.
(Fuente: Revista Finlay)
Plan para mejorar el abordaje de la hipertensión arterial en Valencia, España. [Para ver la noticia original debe tener internet]
El consejero de Sanidad valenciano, Manuel Cervera, ha presentado el documento Hipertensión arterial y política de salud en la Comunidad Valenciana, un plan elaborado con nueve sociedades científicas y que supone la plasmación en la región de una iniciativa consensuada de carácter nacional.
Según Cervera, las claves para combatir la hipertensión arterial (HTA) implican la prevención, el diagnóstico precoz y la información. “A partir de este documento, queremos dar a médicos y enfermería la posibilidad de realizar consultas especiales para los pacientes con HTA o que no saben que tienen la tensión elevada. Además, daremos facilidades tecnológicas a los centros de salud para que controlen la tensión arterial y educaremos a la población”, apuntó.
Como ejemplo de las iniciativas previstas, Cervera destacó la cartilla del hipertenso, que “ayudará a controlar no sólo las cifras de tensión, sino también la información para que éste se cuide”, y la apuesta por la figura del paciente experto, el que recibe formación sobre su patología y posteriormente la transmiten a otros pacientes.
Otro de los campos de actuación será la adherencia al tratamiento. Asimismo se continuará apostando por la comida sana y por el plan de control de mayores de 40 años.
(Fuente: Diario Médico)
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