El 34 % de los mayores de 17 años en Chile tiene hipertensión
Antiguamente la sal era un producto escaso y muy valorado, incluso se usaba como moneda de cambio. La sal es el nombre popular que se utiliza para referirnos al cloruro de sodio (NaCl).
Éste es esencial para la vida debido a que es uno de los elementos más preponderantes en la sangre y en los líquidos extracelulares de nuestro organismo, ya que mantiene el equilibrio entre los diversos y variados líquidos corporales, regula la hidratación de todas las células, facilita la absorción de algunos nutrientes, regula la presión arterial junto a otro mineral que es el cloruro.
La sal se utiliza para darle sabor a las comidas y también sirve para conservar alimentos. Está presente en los alimentos en forma natural, por lo que es fundamental aprender a moderar su uso: “No todo lo que lleva sal tiene que tener sabor a salado, comenta Elvira Yañez, jefa del servicio de nutrición del Hospital Clínico Universidad de Chile. Hoy en día los alimentos dulces contienen altas cantidades de sodio, además de todos los productos procesados, que es muy difícil detectar el sabor como tal, incluso los productos como los cereales de desayuno contienen cantidades considerables de sal”.
En la actualidad este mineral está presente en los hábitos alimentarios de las mayoría de las personas, y el consumo es cada vez más alto lo que ha generado altos índices de hipertensión arterial, que es uno de los principales factores de riesgo asociados a enfermedades cardiovasculares, las que ocupan el primer lugar de muertes en Chile.
En nuestro país, el 34% de las personas mayores de 17 años tiene hipertensión, cifra que va en aumento con el paso de los años y entre 45 y 64 años el 54% tiene hipertensión.
La población chilena tiene un consumo de 9,8 gramos de sal /diario (según encuesta de salud 2009), que es doble de lo que recomienda la Organización Mundial de Salud (OMS) que es 5 gramos. Últimamente este tema ha generado alerta de los especialistas dado el alto consumo de sal en la población chilena por lo cual prioriza las intervenciones gubernamentales para implementar estrategias para la reducción del consumo de sal en Chile y lograr de esta forma un gran impacto en la salud de la población.
Medidas que debemos considerar para disminuir el consumo de sal
•Leer las etiquetas de los alimentos.
•Reducir el uso de la sal.
•No abusar el consumo de alimentos con alto contenido de sal.
•Preferir los alimentos naturales a los precocinados y envasados.
•Usar otro tipo de condimentos para dar sabor a las comidas tales como el orégano, perejil, pimentón, romero, limón, etc.
•Comer con moderación alimentos enlatados y congelados.
•Aumentar el consumo de frutas y verduras.
•Asegurarse en solicitar que las comidas de restaurantes no le adicionen sal de manera exagerada.
•Sacar el salero de la mesa.
•No añadir sal extra a las comidas prefiera los condimentos naturales para mejorar el sabor de las comidas.
•Controlar consumo de pan debido al alto contenido de sal. El pan tiene como promedio entre 1 y 1,5 gramos de sal, al consumir 2 unidades diarias ya habremos consumido más de la mitad de la cantidad que recomienda la OMS.
•Debemos considerar que los alimentos que consumimos tienen sal de manera intrínseca por lo cual como promedio debiera agregarse a las comidas un máximo de 3.5 gramos lo que equivale a una cucharadita de café rasa para no exceder los 5 gramos que recomienda la OMS.
Conocer los alimentos ricos en sal, tales como:
Alimentos enlatados
Alimentos congelados por su alto contenido en conservantes a base de sodio
Fiambres, embutidos
Caldos y sopas
Mariscos
Salsas elaboradas
Carnes ahumadas
Quesos
Galletas saladas y dulces
Productos de pastelerías
(Fuente: Terra.cl)
Prueban fármaco para la disminución del peso corporal
Un novedoso fármaco, compuesto por principios activos contra la migraña y la epilepsia, fue probado en pacientes obesos con una disminución del peso corporal de hasta 10 por ciento, publica la revista The Lancet.
El medicamento, aprobado por la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), es una combinación de fentermina, indicado contra la obesidad y el topiramato, para el tratamiento de la epilepsia y la prevención de migrañas.
También mostró una mejora en los pacientes con riesgo cardiovascular y diabetes, una reducción de la presión arterial, los niveles totales de colesterol, de triglicéridos y de hemoglobina A1C
Unos dos mil 500 pacientes participaron en el ensayo, que abarcó 56 semanas e involucró a más de 90 clínicas estadounidenses.
Los pacientes que ingirieron una dosis diaria del medicamento lograron bajar hasta 10 por ciento de su peso corporal y aquellos que tomaron el placebo sólo experimentó 1,2 por ciento de pérdida de su peso corporal, explican los autores en su artículo.
El fármaco actúa en el incremento de la producción de norepinefrina, químico cerebral que influye en el hambre y la sensación de saciedad. También podría tener un efecto independiente en el control de la glucosa, señaló en el artículo Kishore Gadde, uno de los autores.
(Fuente: Prensa Latina)
Los riesgos subestimados de la enfermedad cardiovascular
La enfermedad cardiovascular sigue siendo la causa número uno de fallecimientos prevenibles en los países industrializados. En dos informes recientes se hace hincapié en que esta es prevenible. En el primero se cuantifica el grado en que la confluencia de sólo tres factores de riesgo cardiovascular reducía la esperanza de vida de casi 5000 pacientes objeto de seguimiento en el estudio de Whitehall, del Reino Unido, que comenzó en la década de los sesentas. En un segundo estudio, realizado en China, se observó que un porcentaje extraordinario de muertes de chinos se debía en última instancia a hipertensión, — y esto provoca críticas de que las principales fuentes de financiación (p. ej., la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial y la Fundación Bill and Melinda Gates) se están enfocando erróneamente en las enfermedades infecciosas.
En cuatro estudios sobre opciones de tratamiento se comunican algunos avances importantes. En el primero, las directrices nacionales estadounidenses recomiendan un diurético como primera opción en el tratamiento antihipertensivo, pero ¿qué ocurre cuando se añade el diurético más tarde? En el segundo, mediante el análisis adicional de los datos del Anglo-Scandinavian Cardiac Outcomes Trial (ASCOT) se investigó si un segundo efecto del antagonismo beta adrenérgico — ralentización de la frecuencia cardiaca — podría ser útil en los pacientes hipertensos en comparación con los efectos del amlodipino. En el tercero, en Estados Unidos se ha autorizado un comprimido único, combinación doble en dosis fija de un antagonista de receptor de angiotensina (ARA) y del inhibidor directo de la renina, aliskireno; además, un nuevo inhibidor de la renina con una “estructura sintética simple” va a entrar en ensayos clínicos. En el cuarto estudio, un procedimiento de desnervación renal a través de un catéter puede ofrecer una alternativa para el tratamiento de la hipertensión resistente.
Por último, en otro informe, esta vez del Estudio sobre la Salud de los Médicos, enfocado a médicos estadounidenses del género masculino, aprueba los beneficios del consumo de alcohol “moderado”. En este informe, el alcohol redujo no sólo el riesgo de infarto de miocardio (IM), sino también el riesgo de toda cardiopatía coronaria, incluidas angina de pecho, revascularización coronaria quirúrgica e intervención coronaria percutánea.
La hipertensión más la hipercolesterolemia y el tabaquismo acortan 10 años la esperanza de vida de las personas de mediana edad.
Un estudio realizado en hombres de mediana edad en el Reino Unido que comenzó en 1967 demostró que la presentación de tres factores de riesgo cardiovascular — hipertensión arterial, hipercolesterolemia y tabaquismo — conllevaba una reducción de casi 10 años en la esperanza de vida en comparación con lo observado en los hombres que no tenían ninguno de estos factores de riesgo[1]. Los varones también tenían una elevación de tres tantos en la tasa de mortalidad de origen vascular y una elevación de dos tantos en la tasa de mortalidad por causas no vasculares. Estos cálculos se basaron en los datos de seguimiento a largo plazo del estudio de Whitehall, en el que se analizó inicialmente a 19.019 hombres de 40 a 69 años de edad entre 1967 y 1970. En el inicio, el 42% de los hombres eran fumadores activos, el 39% tenían hipertensión arterial y el 51% tenían hipercolesterolemia.
En el estudio financiado por la British Heart Foundation y el UK Medical Research Council, el Dr. Robert Clarke y el Dr. Jonathan Emberson, PhD (University of Oxford) y sus colaboradores en Londres, analizaron los datos de 4811 varones que participaron en el estudio inicial de Whitehall y el seguimiento en 1997. En esta muestra, la diferencia de la presión arterial media entre los clasificados bajo la categoría de presión arterial baja (presión arterial sistólica [PAS] < 140 mm Hg) y presión arterial elevada (PAS > 140 mm Hg) disminuyó en dos tercios entre los dos reconocimientos (diferencia de 30,6 mm Hg en 1967 frente a una diferencia de 8,3 mm Hg en 1997). Se observó una pauta similar en personas con concentraciones bajas y elevadas de colesterol (> 5 mmol/l frente a < 5 mmol/l) con una diferencia media de 1,86 mmol/l en 1967 frente a 0,49 mmol/l en 1997.
Una presión arterial elevada por contraposición a baja al inicio conllevó un cociente de riesgos instantáneos de 1,64 para la mortalidad de origen vascular y de 1,09 para la mortalidad por causas no vasculares, así como una esperanza de vida de 3,5 años más breve a los 50 años. La diferencia en la esperanza de vida para los hombres con los quintiles más bajos y más elevados de PAS fue 5,2 años. La hipercolesterolemia se acompañó de un cociente de riesgos instantáneos de 1,24 para la mortalidad de origen vascular y una esperanza de vida a un año más breve en comparación con los pacientes con colesterolemia baja. El tabaquismo activo al ingresar en el estudio se acompañó de cocientes de riesgos instantáneos de 1,57 para la mortalidad de origen vascular y de 2,07 para la mortalidad por causas no vasculares y de una diferencia promedio de 6,3 años en la esperanza de vida en comparación con ningún antecedente de tabaquismo.
En comparación con los hombres que no tenían ninguno de estos factores de riesgo, la presentación de los tres factores de riesgo al ingresar en el estudio se acompañó de una esperanza de vida a 10 años más breve a partir de los 50 (23,7 frente a 33,3 años). El cálculo de una calificación de riesgo basada en cuatro categorías de tabaquismo y las medidas continuadas de la presión arterial y de las concentraciones de colesterol, más la intolerancia a la glucosa, el grado de empleo y el índice de masa corporal, se acompañaron de una diferencia de 15,2 años (20,2 frente a 35,4 años) cuando se compararon los quintiles más elevados y más bajos.
Los investigadores señalan que estos resultados “brindan apoyo a las políticas de salud pública dirigidas a lograr cambios moderados en los principales factores de riesgo en toda la población para alcanzar mejoras en la esperanza de vida”. Señalan que: “Las estrategias de salud pública continuada para disminuir los grados medios de los tres principales factores de riesgo cardiovascular, aunadas al tratamiento farmacológico más intensivo en los subgrupos con “riesgo elevado” podrían dar por resultado más mejoras en la esperanza de vida”.
Al comentar sobre los hallazgos del estudio, el Dr. Prof. Peter Weissberg, director de la British Heart Foundation, que copatrocinó el estudio, conjeturó que aunque en él participaron sólo hombres, “no hay motivo por el cual los hallazgos no sean aplicables a las mujeres”. De parte del National Health Service, el NHS Choices dijo “que aunque los hallazgos no sorprenderán a la mayoría de las personas, el estudio tiene fortalezas por cuanto brinda un cálculo de la magnitud de este riesgo”.
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(Fuente: medcenter.com)
Más opciones de tratamiento de la hipertensión con inhibidores de la renina
Autorización de una nueva politerapia
El 16 de septiembre de 2009 se autorizó en Estados Unidos un solo comprimido para disminuir la presión arterial a través del bloqueo doble del sistema renina-angiotensina (SAR) con el antagonista de receptor de angiotensina (ARA) valsartán y el inhibidor directo de la renina, aliskireno, en el tratamiento de la hipertensión. La combinación de dosis fija, conocida como Valturna®, es comercializada por Novartis (East Hannover, New Jersey — Estados Unidos). Esta es la primera autorización de este medicamento, cuya indicación es para tratar la hipertensión arterial de los pacientes que no se controlan adecuadamente mediante monoterapia con aliskireno o un ARA y también como tratamiento inicial en quienes posiblemente necesitan múltiples fármacos para alcanzar sus cifras de presión arterial elegidas como objetivo. El medicamento tiene dos presentaciones que contienen aliskireno y valsartán en dosis de 150 mg/160 mg y 300 mg/320 mg.
La autorización en Estados Unidos se basó principalmente en un estudio con doble enmascaramiento de ocho semanas de duración en el cual 1.797 pacientes con hipertensión fueron aleatorizados para recibir durante cuatro semanas una vez al día 150 mg de aliskireno, 160 mg de valsartán, 150 mg de aliskireno más 160 mg de valsartán en combinación, o bien, placebo. Después de esto se hizo un ajuste forzado para duplicar las dosis de aliskireno y valsartán, 300 mg y 329 mg, respectivamente, por otras cuatro semanas.
En la semana ocho, el tratamiento con la combinación de aliskireno y valsartán redujo la PAS media en sedestación y la PAD con respecto al valor inicial en grado significativo más que la monoterapia con cualquiera de los dos fármacos por separado o con placebo (todos con una p < 0,0001). Las reducciones medias de la presión arterial con respecto al valor inicial fueron 17,2/12,2 mm Hg para las dosis de 300 mg de aliskireno y 320 mg de valsartán, en comparación con 12,8/9,7 mm Hg para la dosis de 320 mg de valsartán, 13,0/9,0 mm Hg para la dosis de 300 mg de aliskireno y 4,6/4,1 mm Hg para el placebo (p < 0,05 para aliskireno/valsartán frente a monoterapias o placebo). En un comunicado de prensa emitido por Novartis[18] el Dr. John Flack (Wayne State University, Detroit Michigan — Estados Unidos) dijo que “existe una verdadera necesidad de tratamientos innovadores que ayuden a los pacientes a lograr un intervalo de presión arterial más saludable. Ahora, por primera vez, contamos con una opción terapéutica en un comprimido que está dirigido a los puntos clave del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA), que puede estar hiperactivo en muchos pacientes hipertensos”.
Sin embargo, las ventajas del bloqueo doble del SRA en la hipertensión siguen siendo un tema debatido, sobre todo porque los resultados del estudio Ongoing Telmisartan Alone and in combination with Ramipril Global Endpoint Trial (ONTARGET) no demostraron ninguna reducción de los criterios principales de valoración con una combinación de inhibidor de la ECA y un ARA en comparación con sólo un inhibidor de la ECA. Aunque algunos comentaristas piden más datos sobre los efectos que ejerce en la función renal el empleo de un inhibidor directo de la renina en combinación con un ARA, otros consideran que “hasta que se publiquen estudios de resultados en relación con el aliskireno combinado con otros inhibidores del SRA, sería prudente limitar el aliskireno al tratamiento de la hipertensión en pacientes en los que se hayan intentando y hayan resultado ineficaces o no bien tolerados otros inhibidores del SRA combinados con otras clases de fármacos antihipertensivos”.
El aliskireno también se comercializa en Estados Unidos y en Europa como una combinación de dosis fija con un diurético, con hidroclorotiazida y en la actualidad se están desarrollando otras combinaciones en un solo comprimido, incluida una con amlodipino. El potencial cardioprotector y nefroprotector del aliskireno, además de su capacidad hipotensora se está investigando actualmente con más detalle en una serie de estudios sobre desenlaces cardiorrenales, ASPIRE HIGHER. En este programa participan más de 35.000 pacientes en 14 estudios.
Inhibidor directo de la renina en fase experimental
Mientras tanto, ha entrado en desarrollo clínico un nuevo inhibidor de la renina. Vitae Pharmaceuticals (Fort Washington, Pennsylvania — Estados Unidos) recién dio a conocer que ha iniciado un estudio de fase 1 con su nuevo inhibidor de la renina patentado, VTP-27999[23]. Según el laboratorio farmacéutico, el VTP-27999 tiene una estructura sintética relativamente sencilla y una gran biodisponibilidad, a diferencia de otros miembros de la clase de los inhibidores de la renina. El estudio de fase 1 es un estudio aleatorizado, de doble enmascaramiento, comparativo con placebo en el que se está evaluando el VTP-27999 en voluntarios sanos. Los objetivos principales del estudio son evaluar la toxicidad, la tolerabilidad y la farmacocinética de VTP-27999 para determinar las dosis que se han de utilizar en los estudios subsiguientes. Vitae también evaluará marcadores farmacodinámicos de la actividad biológica de VTP-27999.
El compuesto fue descubierto por científicos de los laboratorios Vitae Pharmaceuticals utilizando una plataforma basada en una estructura patentada de la empresa. El programa de inhibidores de la renina de Vitae Pharmaceuticals anteriormente fue objeto de una asociación con GlaxoSmithKline, pero Vitae en 2008 volvió a adquirir los derechos absolutos para el programa. Vitae tiene entre sus planes presentar sus datos preclínicos sobre VTP-27999 a principios de 2010.
Según la compañía, “VTP-27999 ha demostrado las mejores características de su clase. Es muy potente y selectivo, con una actividad inhibidora picomolar contra la renina y características farmacocinéticas que permiten la administración una vez al día. En las pruebas preclínicas, VTP-27999 mostró reducciones notables y persistentes de la presión arterial. Lo que es más importante, ha mostrado indudables efectos protectores beneficiosos en los órganos terminales así como una mejor supervivencia en modelos animales de hipertensión”.
El control de la presión arterial persiste a un año después de la desnervación renal simpática en la hipertensión resistente al tratamiento
Según los últimos datos presentados en la conferencia reciente de la TCT (Transcatheter Cardiovascular Therapeutics), los pacientes con hipertensión resistente al tratamiento que se someten a desnervación renal simpática mediante un catéter experimentan una reducción considerable y persistente de la presión arterial en un periodo de un año sin episodios graves. Este procedimiento se lleva a cabo en el laboratorio de cateterismo.
Symplicity I es el primer estudio en que se evaluó el sistema de catéter Symplicity® Catheter System (Ardian Inc, Palo Alto, California — Estados Unidos) en el tratamiento de la hipertensión crónica. El catéter se conecta a un generador de radiofrecuencia; se introduce en el tronco de la arteria renal a través de una vía de acceso femoral y se aplican ablaciones con radiofrecuencia para destruir los nervios simpáticos renales sin afectar a otros nervios abdominales, pélvicos o de la extremidad inferior. Las ablaciones con radiofrecuencia aplicadas hasta por dos minutos se repiten cuatro a seis veces en cada arteria renal; todo el procedimiento dilata unos 40 minutos en llevarse a cabo. El dolor visceral que acompaña a la ablación se trata mediante narcóticos o sedantes intravenosos.
Symplicity I se llevó a cabo en Australia y en Europa e incorporó a pacientes con hipertensión resistente a tratamiento, es decir, con una PAS determinada en el consultorio de ≥ 160 mm Hg pese al tratamiento con un mínimo de tres fármacos antihipertensivos, incluido un diurético, o bien, a personas con intolerancia confirmada a los fármacos. Los pacientes tenían un filtrado glomerular estimado en ≥ 45 ml/min/1,73 m2. Los primeros datos derivados del estudio se comunicaron en los congresos anuales de 2009 del American College of Cardiology y de la European Society of Hypertension y se publicaron en The Lancet y The New England Journal of Medicine.
La muestra original de 45 pacientes (presión arterial media de 177/101 mm Hg) estaba recibiendo un promedio de 4,7 fármacos cuando se incorporaron en el estudio. No se observaron complicaciones vasculares o renales crónicas en estos enfermos. Se consideró que 91% de ellos tenían respuesta al tratamiento, la cual se definió como una reducción de la PAS de > 10 mm Hg. Las evaluaciones de seguimiento en el consultorio demostraron reducciones significativas tanto de la PAS como de la PAD a partir de un mes y sostenidas a intervalos de tres meses hasta los 12 meses (todos p < 0,0001 frente a los valores iniciales). A los 12 meses, la reducción media de la presión arterial fue -27/-13 mm Hg en 34 pacientes y en el 44% de los enfermos se consideró que se había controlado la presión arterial. La media de filtrado glomerular en la muestra del estudio permaneció estable a los 12 meses.
El profesor Krum informó que se han estudiado ahora 70 pacientes en el estudio y el análisis global de este grupo fue similar al de los de la muestra original, con reducciones significativas de la presión arterial a intervalos de un mes y de tres meses hasta los 12 meses. Se consideró que 89% de los pacientes habían respondido al tratamiento. El procedimiento se evaluó como inocuo y la tomografía computadorizada y la angiorresonancia realizadas en 38 pacientes a los seis meses no mostraron complicaciones vasculares crónicas. Un paciente experimentó disección de la arteria renal durante el cateterismo antes de la ablación con radiofrecuencia y otro presentó un seudoaneurisma en zona del acceso femoral, el cual se trató satisfactoriamente. No se observaron complicaciones renales crónicas que conllevaran una modificación del filtrado glomerular estimado. No se observó ninguna reducción importante de la función renal, pero los datos indicaron que la desnervación renal podría de hecho beneficiar a la función renal.
Repercusiones y avances futuros
Al comentar sobre estos datos, el Prof. Krum dijo que estaba muy entusiasmado por los últimos hallazgos. “Estos datos demuestran que las reducciones de la presión arterial que observamos a los 12 meses y en nuestro estudio publicado en The Lancet han sido persistentes en una muestra mucho más extensa de pacientes que ahora han concluido el estudio”.
Con base en estos resultados, se está realizando un estudio aleatorizado, prospectivo y muticéntrico, Symplicity II, para comparar a los pacientes tratados con desnervación renal y los que reciben farmacoterapia rigurosa. El estudio incorporará a 110 enfermos con una PAS de > 160 mm Hg pese a tomar tres o más fármacos antihipertensivos. El criterio principal de valoración para el estudio será la reducción de la presión arterial a los seis meses. Asimismo, se evaluará función renal, tolerabilidad vascular y criterios de eficacia adicionales. Se efectuará un seguimiento a tres años.
En Estados Unidos también se está realizando un estudio de viabilidad en la hipertensión y, según el laboratorio farmacéutico, cabe esperar que se realicen otros estudios más con el tratamiento de Symplicity® en los pacientes con nefropatía crónica e insuficiencia cardíaca.
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(Fuente: mescape.com)
La aspirina a la hora de acostarse disminuye la tensión arterial
La toma de aspirina a la hora de acostarse reduce la tensión arterial en pacientes con prehipertensón, según un artículo publicado en American Journal of Hypertension.
“La toma de una pequeña dosis de aspirina podría ser un tratamiento muy útil para el control de la tensión arterial en pacientes con prehipertensión, retrasando así el desarrollo de hipertensión y la necesidad de tomar fármacos más costosos,” manifestaba por email a Reuters Health el Dr. Ramon C. Hermida de la Universidad de Vigo (España).
El Dr. Hermida y colaboradores han investigado la influencia de la aspirina en la tensión arterial de pacientes ambulantes que recibieron este medicamento en diferentes momentos del día, según el ciclo descanso/actividades, midiendo la tensión arterial de forma continuada desde 48 horas antes y durante los 3 meses que duró el tratamiento farmacológico.
Según los investigadores, la tensión arterial no presentó cambios en los pacientes que no tomaron aspirina o que la tomaron al despertar.
Por el contrario, la tensión sistólica descendió en 6 mm Hg y la diastólica en 3 mm Hg en los pacientes que tomaron 100 mg de aspirina a la hora de acostarse.
Casi el 71% de estos últimos, tuvieron una disminución de al menos 3 mm Hg en la tensión arterial sistólica durante las 24 horas del día, y sólo un 6% presentó un incremento de la tensión arterial tras el tratamiento.
La frecuencia cardíaca no varió en ninguno de los grupos.
Los investigadores creen que, “la toma de aspirina una vez concluidas las actividades diarias, pero no al despertarse, podría actuar sobre el pico de actividad nocturna de la renina, al mismo tiempo que aumentaría la producción de óxido nítrico.”
“De este modo, la disminución de la actividad plasmática de la renina, a través de su efecto beneficioso sobre el endotelio y el bloqueo de los receptores alfa y betaadrenérgicos asociado con la administración de la aspirina podría explicar el descenso de la tensión arterial que hemos observado en los pacientes con tensión arterial entre normal y alta.”
Según el Dr. Hermida, “en la actualidad estamos desarrollando un nuevo estudio multicéntrico y prospectivo que compara la administración de bajas dosis de aspirina por la mañana frente la administración a la hora de acostarse para ver la prevención de problemas cardiovasculares en pacientes con hiperglucemia basal o diabetes ya establecida. El estudio incluirá a 3200 personas que serán seguidas durante más de 5 años.”
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(Fuente: medscape.com)
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