Se está perdiendo la batalla contra el colesterol
La mayoría de las personas que viven con altos niveles de colesterol no están recibiendo el tratamiento que necesitan, dice un estudio.
Se ha demostrado que las estatinas pueden reducir el riesgo de infarto y derrame.
La investigación, llevada a cabo con 147 millones de personas, es la más amplia que se ha hecho hasta ahora sobre los niveles de colesterol en la sangre, que están vinculados a la enfermedad cardiovascular, la principal causa de muerte en el mundo.
Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muy pocas personas han sido diagnosticadas o están recibiendo tratamiento para reducir el colesterol.
Estos fármacos, llamados estatinas, son medicamentos que reducen los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL), el llamado colesterol “malo”, que está asociado a eventos cardiovasculares como infarto y derrame cerebral.
Los datos del informe fueron obtenidos durante una década, de 1998 a 2007, en varios países, incluidos Reino Unido, Alemania, Japón, México, Tailandia y Estados Unidos.
El análisis encontró que muchas personas en riesgo, tanto en países de medianos como altos ingresos, no toman las estatinas, que se ha demostrado pueden reducir sustancialmente el riesgo de infarto y derrame cerebral.
Uno de los autores del informe, el doctor Gregory Roth, del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud en Estados Unidos, afirma que “estos hallazgos apoyan el creciente reconocimiento de que las enfermedades cardiovasculares no son sólo “enfermedades de la afluencia” y de que algunos países de medianos ingresos están comenzando a enfrentar la doble carga de las enfermedades crónicas y las transmisibles”.
Problema global
El informe muestra, por ejemplo, que en Tailandia 78% de los adultos estudiados tenían alto nivel de colesterol y no habían sido diagnosticados, mientras que en Japón, 53% de los adultos diagnosticados seguían sin recibir tratamiento.
Aunque Inglaterra obtuvo resultados un poco mejores, en 2006, cuando fue tomada la muestra, más de 65% de los adultos no habían sido diagnosticados y cerca de 20% de los diagnosticados no habían sido tratados.
Los medicamentos para reducir el colesterol están ampliamente disponibles, son altamente efectivos y pueden jugar un papel esencial en la reducción de la enfermedad cardiovascular en todo el mundo
México obtuvo los mejores resultados, con el diagnóstico y tratamiento de casi 60% de todos los casos y los expertos subrayan, sin embargo, que las cosas quizás han cambiado desde que fueron recogidos estos datos.
Por ejemplo, Inglaterra anunció el año pasado un programa masivo para que los médicos generales ofrezcan a cada persona de entre 40 y 74 años un análisis de colesterol para detectar a quienes previamente han pasado sin ser diagnosticados.
Pero ciertamente, dice el doctor Roth, puede lograrse mucho más progreso a nivel global.
“Los medicamentos para reducir el colesterol están ampliamente disponibles, son altamente efectivos y pueden jugar un papel esencial en la reducción de la enfermedad cardiovascular en todo el mundo”.
“A pesar de estos hechos, la cobertura de medicamentos efectivos para el control del colesterol alto continúa siendo decepcionantemente baja”, expresa el científico.
No todos los pacientes con colesterol alto necesitan el tratamiento, dicen los expertos.
En ocasiones los cambios en el estilo de vida, como hacer ejercicio regular y consumir una dieta sana, así como no fumar y reducir el consumo de alcohol, pueden ayudar a prevenir enfermedades coronarias y eventos cardiovasculares.
Según la OMS unos 17 millones de personas mueren cada año a causa de las enfermedades cardiovasculares.
(Fuente: BBC Mundo)
The Effectiveness Of Cancer Nanotherapies May Be Improved By Generic Drug For Hypertension
Low doses of an inexpensive, FDA-approved hypertension medication may improve the results of nanotherapeutic approaches to cancer treatment. In a report in the early edition of Proceedings of the National Academy of Sciences, Massachusetts General Hospital (MGH) investigators describe experiments showing that the generic drug losartan, by modifying the network of collagen fibers that characterizes most solid tumors, improved the effectiveness of two nanotherapeutics against several types of cancer.
“By ‘normalizing’ the abnormal extracellular matrix of tumors, which keeps many therapies from reaching cancer cells, losartan improved both the delivery and efficacy of cancer nanotherapies,” says Rakesh Jain, PhD, director of the Steele Laboratory for Tumor Biology at MGH and senior author of the study. “We also found that this effect occurs at much lower doses than those used to manage hypertension.”
Jain’s team focuses on understanding how the physical and physiologic properties of tumors – including their erratic blood supply and network of disorganized, fibrous tissues – inhibit the delivery of anticancer drugs and on developing strategies for getting around those barriers. His team investigated whether losartan might help nanotherapeutics penetrate tumors because, in addition to its antihypertension properties, the drug is known to reduce the formation of excess fibrous tissue that can accompany heart and kidney disease and to normalize connective tissue in the genetic disorder Marfan syndrome. Although the particles that deliver nanotherapies are extremely small, they are still much larger than the extracellular spaces within most solid tumors.
In a series of experiments, the MGH investigators confirmed that low doses of losartan could inhibit the formation of collagen by tumor-associated fibroblasts in culture and within tumors implanted in mice. Losartan also improved the distribution within tumors of fluorescent nanoparticles injected either intravenously or directly into the tumors. Experiments with two nanotherapeutics – liposomes containing the chemotherapy drug doxorubicin and a virus designed to infect and destroy cancer cells – showed that combining each treatment with losartan significantly reduced the size or delayed the growth of implanted tumors.
“We know that losartan is safe for clinical use with minimal side effects, and since it is a generic drug, it is very inexpensive,” says Yves Boucher, PhD, associate biologist in the Steele Laboratory and co-senior author of the study. “Losartan’s anti-hypertensive properties could mean that patients who have hypertension in addition to cancer may simply have their prescription switched. The hypertension that can result from certain anti-angiogenic therapies may also be managed by losartan, improving the effectiveness of both anticancer therapies ” Based on these data, MGH Cancer Center oncologists are planning clinical trials to translate these findings from the laboratory bench to the patient bedside.
(Fuente: www.medicalnewstoday.com)
Descubren una intervención mínimamente invasiva efectiva contra la hipertensión arterial resistente
El descubrimiento, publicado en ‘The Lancet’, consiste en una intervención mínimamente invasiva que logra una reducción de la presión arterial significativa y mantenida en el tiempo.
Un grupo de expertos internacionales, en el que han participado miembros de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), ha hallado un procedimiento efectivo para la hipertensión arterial refractaria o resistente. El descubrimiento, recientemente publicado en The Lancet, consiste en una intervención mínimamente invasiva que logra una reducción de la presión arterial significativa y mantenida en el tiempo.
Los afectados por este tipo de hipertensión no responden a la terapia habitual, incluso después de probar con varias medidas y tratamientos farmacológicos. Este procedimiento, conocido como Symplicity Catheter System, es similar al que se sigue para realizar una angioplastia coronaria.
Concretamente, se introduce el catéter que porta un dispositivo de radiofrecuencia a través de la arteria femoral hasta alcanzar las arterias renales. Una vez allí, el dispositivo libera una energía de radiofrecuencia de baja intensidad capaz de inhibir la hiperestimulación del sistema nervioso simpático, implicada en la hipertensión arterial mal controlada.
“El dispositivo ha demostrado un descenso medio de la presión arterial de 32/12 mmHg, en comparación con un aumento de 1/0 mmHg en el grupo de control de pacientes que recibieron solamente tratamiento farmacológico”, explica el experto en nefrología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y uno de los investigadores de la SEH-LELHA que ha participado en el estudio, José Antonio García Donaire.
Entre el 5 y el 15% de los hipertensos presenta esta variante, la más severa de todas, ya que incrementa el riesgo de sufrir accidentes cardio y cerebrovasculares y se asocia con graves secuelas en la función renal. Un 10% de los afectados acaba agotando todas las opciones terapéuticas.
“Los datos son de una enorme trascendencia, y es que cada aumento de presión arterial sistólica de 20 mmHg o de presión arterial diastólica de 10 mmHg se asocia al doble de riesgo de mortalidad de origen cardiovascular en un plazo de 10 años. Por el contrario, la reducción de la presión arterial sistólica en tan sólo 5 mmHg puede reducir el riesgo de infarto cerebral hasta el 30%”, precisa el jefe de la Unidad de Hipertensión Arterial del Hospital 12 de Octubre de Madrid e investigador del ensayo, Luis Miguel Ruilope.
El estudio Symplicity HTN-2 trial es un estudio multicéntrico, prospectivo, aleatorizado y controlado sobre la seguridad y eficacia de la denervación simpática renal en pacientes con hipertensión arterial no controlada. Han participado un total de 106 pacientes de 24 centros hospitalarios de Australia y Europa, entre ellos el Hospital 12 de Octubre.
Tanto el grupo de tratamiento como el grupo control presentaban al inicio del estudio cifras elevadas de presión arterial (178/97 mmHg y 178/98 mmHg respectivamente), a pesar de recibir un tratamiento antihipertensivo intenso, con una media de cinco fármacos. A los seis meses de comenzar el ensayo, la cifra media de presión arterial del grupo que recibió tratamiento de denervación renal se redujo hasta 146/85 mmHg, mientras que el grupo control mantuvo una cifra media de 179/98 mmHg.
Referecia: The Lancet, Volume 376, Issue 9756, Pages 1903 – 1909, 4 December 2010.
(Fuente: JANO.es)
La cintura de la mujer debe medir menos de 80 cm. para mantener un corazón sano. Tener demasiada grasa abdominal, que se mide por la talla de la cintura, conduce a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Según la Federación Mundial de Corazón la gente desconoce que la obesidad abdominal está relacionada con niveles anormales de colesterol, diabetes tipo 2 e hipertensión.
“Una cintura gruesa, o un cuerpo en forma de manzana, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares como infarto al miocardio y accidentes cerebro-vasculares” dijo a BBC Mundo el doctor Valentín Fuster, presidente de la Federación Mundial del Corazón.
El experto indica que a pesar de los avances terapéuticos, las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa de muerte en muchos países del mundo.
“Es por eso que tanto los trabajadores de la salud como el público deben ser conscientes de que la talla de la cintura ofrece información muy importante sobre la salud de la persona”, agrega.
En muchos países, las enfermedades cardiovasculares están en aumento y según los expertos, se ha visto una relación entre ese aumento y la medida de la cintura de la gente.
Según la Federación Mundial del Corazón, en América Latina una mujer tiene un alto riesgo de enfermedades cardiovasculares si su cintura mide más de 88 cm.
Y un hombre latinoamericano tendrá más probabilidades de contraer estas enfermedades si su cintura es mayor de 90 cm.
Medir la cintura de la gente es una forma sencilla de identificar a un paciente con un alto riesgo de enfermedades cardiovasculares
Valentín Fuster, Federación Mundial del Corazón
“No toda la grasa del cuerpo es igual”, señala Valentín Fuster y “la obesidad no siempre se acumula en la cintura”.
Y es por eso, dice, que es más importante medirse la talla de la cintura que pesarse.
Un estudio presentado por la Federación Mundial del Corazón reveló que el riesgo de la grasa abdominal se debe a que en esta parte del cuerpo se acumulan, con la grasa, unas células llamadas adipositos.
Al acumularse dentro de la región abdominal, estos adipositos segregan productos químicos que parecen ser los responsables de la diabetes, niveles anormales de colesterol e hipertensión arterial.
Según la Organización Mundial de la Salud, 17 millones de personas fallecen cada año por alguna enfermedad cardiovascular.
Y sin embargo, una encuesta reciente realizada en 27 países del mundo reveló que 80% de la gente entrevistada desconocía los riesgos que conlleva tener una cintura gruesa.
Para reducir ese número, dice Valentín Fuster, “queremos que la gente sea consciente de la forma de su cuerpo”.
“Por supuesto, comer menos y hacer ejercicio”, agrega, “son las dos cosas fundamentales para mantener un corazón sano”.
Los expertos recomiendan que el exceso de grasa que muestra una persona en el perímetro de la cintura sirva como señal de intervención clínica temprana.
“Medir la cintura de la gente es una forma sencilla de identificar a un paciente con un alto riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes”, dice Valentín Fuster.
“Y sin embargo, la talla de la cintura continúa pasando desapercibida por la mayoría de los médicos y de la gente”.
(Fuente: BBC Mundo)
Accelerated bone growth may be an indicator of hypertension in children
Children whose bones are “older” than their chronological age may be at an increased risk of hypertension, according to a study reported today (19 October) in Hypertension: Journal of the American Heart Association.(1) As a result, the investigators suggest that markers of biological maturity should be evaluated in hypertensive children, and that physical activity and diet may deter the accelerated development of biological maturity.
Behind the study lies the hypothesis that the origins of hypertension are associated with abnormalities of growth and maturation in childhood. This study compared bone age as a marker of biological maturation in hypertensive children with healthy controls closely matched for body mass index (BMI), age and sex, to assess the association between skeletal maturation and hypertension.
The investigators X-rayed the left-hand wrists of 54 untreated hypertensive Polish children (average age 14.2 years) and compared them to X-ray images of 54 children with optimal blood pressure. Both groups were compared with reference images and rates of maturity were defined as physiological, accelerated and delayed.
Results showed that the healthy controls had a mean bone age of 14.7 (±2.3 years), which was not significantly different from their mean chronological age. However, in the group with primary hypertension mean bone age was found to be 16.0 (±2.0) years, reflecting an accelerated rate almost two years more than their chronological age of 14.1 years. The rate of bone age was the strongest predictor of blood pressure status. The investigators proposed that that some lifestyle modifications, such as increased physical activity and diet, might influence both metabolic abnormalities and the tempo of biological maturity.
Commenting on the study on behalf of the European Society of Cardiology, Professor Giuseppe Mancia from the University of Milan-Bicocca in Italy says: “In the last few years there has been much attention given to the traits which may in children and adolescents predict what will happen to their cardiovascular system in later life. We now know, for example, that higher blood pressure values in children predict hypertension in adulthood – and this is also the case with other factors, such as excess body weight (even in neonates) and increased heart rate. So early phenotypes must be considered with great attention, and it is interesting in the present study that this includes bone maturation – that is, something apparently unrelated to cardiovascular and metabolic variables.
“The problem behind the findings on hypertension is when to start intervention, since it is now apparent that associated body changes are already present to some degree at an early stage of life. It is also clear that treatment in adult patients cannot normalise the risk, potentially because hypertension-related changes have already become, at least in part, irreversible. So there are grounds for earlier intervention, and serious implementation of lifestyle changes, such as weight control and exercise, appears justified.”
(Fuente: www.eurekalert.org)
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