Dormir con mascarilla reduce la hipertensión en pacientes con apnea
El estudio, del médico de Txagorritxu Joaquín Durán, se publica en la revista ‘British Medical Journal’
Su uso continuado durante la noche reduce la presión arterial entre 2 y 4 puntos
Puede parecer un problema silencioso e indoloro pero sufrir de apnea -un trastorno del sueño que conlleva la interrupción de la respiración más de cinco veces por hora- además de mermar la calidad de vida, aumenta el riesgo de que aparezcan enfermedades cardiovasculares. Y ello debido a que en su mayor parte causan hipertensión arterial.
Una problemática que podría verse disminuida si estos pacientes usan un dispositivo para dormir. El aparato en cuestión, conocido como CPAP, consiste en una mascarilla que se coloca sobre la nariz y que proporciona aire a presión y evita dichas pausas en la respiración. Su uso continuado durante la noche ayuda a reducir la presión arterial entre 2 y 4 puntos. Cantidad suficiente para que el riesgo de padecer una enfermedad coronaria o cerebrovascular descienda hasta un 25% en los cinco años siguientes de vida del paciente.
La conclusión es fruto de un intenso estudio realizado de forma conjunta en once hospitales españoles por el Grupo Español de Sueño, un equipo interdisciplinar de profesionales liderado por el responsable de la Unidad de Sueño del hospital Txagorritxu, Joaquín Durán. El resultado de varios años de investigación gana ahora repercusión al conseguir que el artículo donde se recogen sea publicado por la prestigiosa revista médica British Medical Journal.
«Sus artículos tienen una enorme influencia en el pensamiento y las decisiones médicas de todo el mundo», alaba Durán, quien se muestra sumamente satisfecho ante este «hito para cualquier investigador, pues sólo consiguen ser aceptados, tras revisiones muy complejas y estrictas que también hemos sufrido nosotros, en torno al 3% de todos los estudios enviados».
Tampoco ellos se libraron de numerosas correcciones y cambios antes de obtener el visto bueno a un estudio para el que se reclutaron un total de 340 pacientes. De ellos la mayoría, un 81%, eran hombres con una edad media de 52 años. «Se planteó incluir un importante número de pacientes con hipertensión arterial recién diagnosticada por su médico de cabecera y que, además, tuvieran apneas en el sueño», recalca el facultativo.
A todos se les estudió su presión arterial a través de un monitor durante las veinticuatro horas y se les realizó un estudio completo del sueño. Luego se dividieron en dos grupos, uno que usaba un CPAP y otro que recurría a un aparato similar salvo que no suministraba presión alguna al paciente. Ambos fueron seguidos durante tres meses, al término de los cuales se repitieron las mediciones de presión arterial.
El resultado fue claro. «En el grupo tratado con CPAP, comparado con el del placebo, la presión arterial se redujo una media de unos 2 puntos, lo que puede ser importante para evitar la aparición de complicaciones cardiovasculares», explica Durán. Hay más. «Cuando se diagnostica hipertensión, se intenta rebajarla por otros medios como dieta o ejercicio y de esta forma, a los que la padecen de forma moderada, la máquina la reduce y normaliza dicha presión».
Por ello, el experto opina que «podría formar parte del tratamiento de estos pacientes», que no necesariamente deberían ser tratados por una clínica del sueño, sino por su médico de cabecera. Recurriendo, eso sí, al uso de este aparato, que se calcula que en España ya utilizan cada noche cerca de 400.000 personas.
Sin embargo, apenas se han tratado el 15% de los casos más graves «por lo que estamos lejos de una situación óptima», insiste.
(Fuente: www.elcorreo.com)





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