La hipertensión es el punto común en la mayoría de los venezolanos que sufre un infarto.
Ocho de cada diez personas a las que ataca algún accidente cardiovascular supera los límites convenientes de tensión arterial.
“El factor de riesgo cardiovascular número 1 en Venezuela es la hipertensión, por lo que es fundamental combatirla”, explicaron, en un seminario medico, Julio Acosta y Luis López Gómez, directivos del Colegio Venezolano del Endotelio y de la Fundación de Educación Médica.
Y tan sencillo que es controlarla. Medírsela no demora más de dos minutos, en la farmacia o en la casa con el tensiómetro. Por lo general, con mejorar los hábitos alimenticios y hacer un poco más de ejercicio suelen disminuir los niveles de tensión arterial y, si no se logra así, existe una amplia variedad de fármacos que ayudan a lograr el objetivo.
Dos de los grandes males de los hipertensos son que algunos no saben que lo son y que otros abandonan el tratamiento con fármacos -tanto para controlar la tensión como para mejorar la función del endotelio, que es clave para la buena salud cardiovascular- debido al costo, a que los consideran ineficaces y a que les generan desagradables efectos secundarios.
“Pero, antes de hacerlo, deben consultar al médico porque existen avances que aumentan la eficacia sobre el endotelio y disminuyen los efectos colaterales”, explicaron los especialistas, quienes añadieron que “existen nuevas moléculas , como nebicard y amlospina, que evita la hinchazón de las articulaciones inferiores, por ejemplo”.
El paciente cardiovascular típico es, según describen los médicos, “sesentón, obeso y sedentario”. Sin embargo, esto no significa que los jóvenes no sufran de cardiopatías o que deban esperar hasta esa edad para prevenirlas. Los factores de riesgo se controlan desde la juventud
Además de la hipertensión, la obesidad y el hábito de fumar causan daño al endotelio, que es el tejido que recubre el interior de todos los vasos sanguíneos, incluido el corazón. Sin embargo, estos no son los únicos factores de riesgo. Otros elementos son genéticos y estos no pueden evitarse, sólo controlarse y retrasar su aparición.
“Para reducir la hipertensión, pacientes y médicos deben establecer metas. Para lograrlas, muchas veces las personas que requieren medicamentos deben tomar dos o tres de diferentes tipos porque los factores de riesgo son de distintos orígenes”, expresaron.
La hipertensión arterial es una enfermedad silenciosa, que sólo manifiesta síntomas cuando es tarde para tomar previsiones. Ignorar que se sufre de esto, le permite avanzar y empeorar por falta de tratamiento.
Según el último anuario de mortalidad del Ministerio de Salud, las enfermedades cardiovasculares causaron 20,6% de las muertes de 2008, lo que significa el primer lugar después de hechos de violencia y superando los decesos provocados por cáncer.
No es sólo en Venezuela. Los males cardiovasculares también son los grandes verdugos de la población mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que 17 millones 100 mil personas fallecen cada año por enfermedades cardiovasculares, especialmente por infarto al miocardio -igual que en Venezuela- y accidentes cerebrovasculares.
Para 2015, la misma Organización Mundial de la Salud estima que morirán cerca de veinte millones de personas por enfermedades cardiovasculares. Por su parte, la revista médica The Lancet publicó un estudio que calculaba que, en 2025, cerca de 1.560 millones de adultos sufrirán hipertensión.
(Fuente El Universal)
La medición del índice tobillo-brazo (ITB) es un método sencillo para detectar la presencia de arteriosclerosis en miembros inferiores. Un valor inferior a 0,9 o superior a 1,4 se asocia con un riesgo elevado de enfermedad cardiovascular, cerebrovascular y/o muerte por cualquier causa. A pesar de ello, su implantación en la práctica clínica es escasa. Se realizó un estudio para determinar la prevalencia de un ITB patológico en una población en prevención primaria clasificada según su riesgo vascular calculado por la función de Framingham recomendada por el National Cholesterol Education Program en su documento Adult Treatment Panel III. Participaron en el estudio 1.001 sujetos sin enfermedad vascular conocida atendidos en atención primaria. A todos ellos se les estimó el riesgo vascular y se les midió el ITB.
Sus resultados fueron que en prevención primaria, uno de cada 10 sujetos con riesgo intermedio y uno de cada 6 con riesgo elevado presentan un ITB patológico. En estos sujetos están indicadas las medidas preventivas enérgicas y la antiagregación. [Medicina Clínica, volume 124, issue 17, may 2005, pages 641-644]
(Fuente: www.sciencedirect.com)
La Asociación Americana del Corazón dio a los hallazgos realizados en marzo por la agrupación ACCORD (Action to Control Cardiovascular Disease in Diabetes) el primer lugar entre los 10 estudios más relevantes del año en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares y el infarto.
Éste fue conducido con 10 mil 251 participantes, seleccionados al azar para recibir un control de niveles de glucosa intensivo o estándar.
En una primera etapa, el grupo ACCORD halló que los tratamientos agresivos para controlar la tensión arterial elevada no redujeron el riesgo cardiovascular en pacientes con diabetes 2.
Luego, los expertos de la Universidad de Columbia, determinaron que la combinación de terapias con simvastatina más fenofibrato, no resultó mejor que el tratamiento sólo con el primero para reducir el riesgo de trastornos del corazón en diabéticos. Ahora la información ayudará a hacer más eficaces y menos costosos los modelos de atención.
Tomado del sitio de Cardiocirugía
(Fuente: El Universal.mx)
Un grupo de expertos internacionales, en el que han participado miembros de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), han hallado un procedimiento efectivo para la hipertensión arterial refractaria o resistente.
El descubrimiento que se publicó en ‘The Lancet’, consiste en una intervención mínimamente invasiva que logra una reducción de la presión arterial significativa y mantenida en el tiempo.
Los afectados por este tipo de hipertensión no responden a la terapia habitual, incluso después de probar con varias medidas y tratamientos farmacológicos. Pero con el nuevo procedimiento, conocido como Symplicity Catheter System, similar al que se sigue para realizar una angioplastia coronaria tiene más éxito.
Se introduce el catéter que porta un dispositivo de radiofrecuencia a través de la arteria femoral hasta alcanzar las arterias renales. Una vez allí, el dispositivo libera una energía de radiofrecuencia de baja intensidad capaz de inhibir la hiperestimulación del sistema nervioso simpático (también conocida como denervación simpática renal), implicada en la hipertensión arterial mal controlada.
“El dispositivo ha demostrado un descenso medio de la presión arterial de 32/12 mmHG, en comparación con un aumento de 1/0 mmHG en el grupo de control de pacientes que recibieron solamente tratamiento farmacológico”, explica el experto en nefrología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y uno de los investigadores de la SEH-LELHA que ha participado en el estudio, José Antonio García Donaire.
Entre el 5 y el 15 por ciento de los hipertensos presenta esta variante, la más severa de todas, ya que incrementa el riesgo de sufrir accidentes cardio y cerebrovasculares y se asocia con graves secuelas en la función renal. Un 10 por ciento de los afectados acaba agotando todas las opciones terapéuticas.
“Los datos son de una enorme trascendencia, y es que cada aumento de presión arterial sistólica de 20 mmHg o de presión arterial diastólica de 10 mmHg se asocia al doble de riesgo de mortalidad de origen cardiovascular en un plazo de 10 años. Por el contrario, la reducción de la presión arterial sistólica en tan sólo 5 mmHg puede reducir el riesgo de infarto cerebral hasta el 30 por ciento”, precisa el jefe de la Unidad de Hipertensión Arterial del Hospital 12 de Octubre de Madrid e investigador del ensayo, Luis Miguel Ruilope.
El estudio Symplicity HTN-2 trial es un estudio multicéntrico, prospectivo, aleatorizado y controlado sobre la seguridad y eficacia de la denervación simpática renal en pacientes con hipertensión arterial no controlada. Participaron 106 pacientes de 24 centros hospitalarios de Australia y Europa, entre ellos el Hospital 12 de Octubre.
Tanto el grupo de tratamiento como el grupo control presentaban al inicio del estudio cifras elevadas de presión arterial (178/97 mmHg y 178/98 mmHg respectivamente), a pesar de recibir un tratamiento antihipertensivo intenso, con una media de cinco fármacos. A los seis meses de comenzar el ensayo, la cifra media de presión arterial del grupo que recibió tratamiento de denervación renal se redujo hasta 146/85 mmHg, mientras que el grupo control mantuvo una cifra media de 179/98 mmHg.
(Fuente: www.prensalibre.com)
El estudio, del médico de Txagorritxu Joaquín Durán, se publica en la revista ‘British Medical Journal’
Su uso continuado durante la noche reduce la presión arterial entre 2 y 4 puntos
Puede parecer un problema silencioso e indoloro pero sufrir de apnea -un trastorno del sueño que conlleva la interrupción de la respiración más de cinco veces por hora- además de mermar la calidad de vida, aumenta el riesgo de que aparezcan enfermedades cardiovasculares. Y ello debido a que en su mayor parte causan hipertensión arterial.
Una problemática que podría verse disminuida si estos pacientes usan un dispositivo para dormir. El aparato en cuestión, conocido como CPAP, consiste en una mascarilla que se coloca sobre la nariz y que proporciona aire a presión y evita dichas pausas en la respiración. Su uso continuado durante la noche ayuda a reducir la presión arterial entre 2 y 4 puntos. Cantidad suficiente para que el riesgo de padecer una enfermedad coronaria o cerebrovascular descienda hasta un 25% en los cinco años siguientes de vida del paciente.
La conclusión es fruto de un intenso estudio realizado de forma conjunta en once hospitales españoles por el Grupo Español de Sueño, un equipo interdisciplinar de profesionales liderado por el responsable de la Unidad de Sueño del hospital Txagorritxu, Joaquín Durán. El resultado de varios años de investigación gana ahora repercusión al conseguir que el artículo donde se recogen sea publicado por la prestigiosa revista médica British Medical Journal.
«Sus artículos tienen una enorme influencia en el pensamiento y las decisiones médicas de todo el mundo», alaba Durán, quien se muestra sumamente satisfecho ante este «hito para cualquier investigador, pues sólo consiguen ser aceptados, tras revisiones muy complejas y estrictas que también hemos sufrido nosotros, en torno al 3% de todos los estudios enviados».
Tampoco ellos se libraron de numerosas correcciones y cambios antes de obtener el visto bueno a un estudio para el que se reclutaron un total de 340 pacientes. De ellos la mayoría, un 81%, eran hombres con una edad media de 52 años. «Se planteó incluir un importante número de pacientes con hipertensión arterial recién diagnosticada por su médico de cabecera y que, además, tuvieran apneas en el sueño», recalca el facultativo.
A todos se les estudió su presión arterial a través de un monitor durante las veinticuatro horas y se les realizó un estudio completo del sueño. Luego se dividieron en dos grupos, uno que usaba un CPAP y otro que recurría a un aparato similar salvo que no suministraba presión alguna al paciente. Ambos fueron seguidos durante tres meses, al término de los cuales se repitieron las mediciones de presión arterial.
El resultado fue claro. «En el grupo tratado con CPAP, comparado con el del placebo, la presión arterial se redujo una media de unos 2 puntos, lo que puede ser importante para evitar la aparición de complicaciones cardiovasculares», explica Durán. Hay más. «Cuando se diagnostica hipertensión, se intenta rebajarla por otros medios como dieta o ejercicio y de esta forma, a los que la padecen de forma moderada, la máquina la reduce y normaliza dicha presión».
Por ello, el experto opina que «podría formar parte del tratamiento de estos pacientes», que no necesariamente deberían ser tratados por una clínica del sueño, sino por su médico de cabecera. Recurriendo, eso sí, al uso de este aparato, que se calcula que en España ya utilizan cada noche cerca de 400.000 personas.
Sin embargo, apenas se han tratado el 15% de los casos más graves «por lo que estamos lejos de una situación óptima», insiste.
(Fuente: www.elcorreo.com)
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