Epidemias, virus y bacterias
COVID-19 podría abrir la puerta a nueva epidemia en el país
A poco más de tres meses de haber enfrentado una epidemia de dengue, que dejó el año pasado sobre los 20 mil afectados y 53 muertes confirmadas, República Dominicana mantiene encendidas las alertas y se prepara para ser impactada por otra nueva situación epidemiológica, como es la que genera el coronavirus COVID-19, de la cual la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que todos los países están en riesgo.
Desde el 2009, cuando se presentó la pandemia de influenza AH1N1, que mantuvo en vilo a todo el mundo hasta la fecha el país ha enfrentado condiciones epidémicas por dengue en varias ocasiones, cólera, chikungunya, zika, conjuntivitis, y en el 2014 se preparó para una eventual llegada del virus del ébola, ante la situación presentada en África Occidental, que generó una alerta internacional, pero el mismo no llegó a territorio dominicano.
También ha enfrentado brotes periódicos de paludismo, enfermedad trasmitida por la picadura del mosquito Anopheles y de leptospirosis trasmitida por el contacto de humanos con orina de animales contaminados, que del 2007 al 2001 las cifras oficiales indican que generó 6,317 casos, y 258 muertes notificadas, de las cuales se confirmaron 78, con mayores estragos en tiempos de inundaciones.
Más frecuente
El dengue, enfermedad transmitida por un virus que llega a las personas por la picadura del mosquito Aedes aegypti, y se caracteriza por fiebre alta, dolor de cabeza, detrás de los ojos, muscular y articular, entre otros síntomas, ha sido la más propensa en los últimos años ha convertirse en epidemia, clasificación que se da cuando una enfermedad afecta a un número de personas superior al esperado en una población durante un tiempo determinado.
La última epidemia de dengue en República Dominicana se registró en el 2019, con 20,283 casos notificados y 53 muertes confirmadas, cifras que son miradas con recelo por especialistas que aseguran que las defunciones fueron mayores. La penúltima había sido en el 2015, donde el sistema notificó de manera oficial 104 fallecimientos y 17,051 afectados y la anterior fue había sido en el 2013, cuando el sistema registra 112 muertes notificadas y 16,726 casos.
Cólera, chikungunya y zika
Además del dengue, en los últimos 10 años el país ha enfrentado otras epidemias como es el caso del cólera que inició en noviembre del 2010; la chikungunya en el 2014; el zika en el 2016 y la conjuntivitis en el 2017.
En los primeros dos años de inicio de la epidemia, el cólera, enfermedad gástrica bacteriana caracterizada por diarrea aguda, dejó 412 muertes, 28,700 casos sospechosos y 20,852 hospitalizaciones, afectando mayormente a comunidades empobrecidas matizadas por el hacinamiento y las cárceles, con brotes masivos en la cárcel La Victoria.
La chikungunya, nueva enfermedad en el país caracterizada por la aparición súbita de fiebre acompañada de intensos dolores articulares, dolores musculares, dolores de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas, afectó a cerca del 70 % de la población, documentando el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica en 44 semanas de ese año, 539 099 casos sospechosos en pacientes febriles.
En el 2016 se registró la epidemia de otra nueva enfermedad, el zika virus, que se manifiesta con fiebre, sarpullido, dolor de cabeza, muscular y en las articulaciones, conjuntivitis u ojos enrojecidos, de la cual el sistema recogió 5,241 casos, 952 embarazadas, 385 afectados del síndrome de Guillian Barret asociado al virus y 22 niños que nacieron con microcefalia.
En el 2017 se registró una epidemia de conjuntivitis, contabilizándose cerca de 70 000 episodios de visitas a centros de salud.
Tanto el dengue, como la chikungunya y el zika son transmitidos por el mismo mosquito, el Aedes aegypti, que se cría en aguas limpias.
Influeza AH1NI
Alarmas muy similares a lo que ocurre ahora con el coronavirus COVID-19, generó la pandemia de gripe A (H1N1) de 2009-2010, que hizo grandes estragos en México y otras naciones y motivó que en República Dominicana se adoptaran diferentes medidas preventivas, incluyendo la motivación de colocación en empresas, plazas comerciales, supermercados y lugres concurridos de dispensadores de gel para la higienización de las manos.
La gripe A (H1N1) fue una pandemia causada por una variante del Influenzavirus A (subtipo H1N1), de acuerdo a reportes consultados, entró en la República Dominicana el 27 de mayo del mismo año de inicio en el 2009, con el reporte de dos casos positivos, siendo el número 17 en reportar casos de gripe A en el continente americano, luego de que Rusia, Perú, Chile y Ecuador informaran de ciudadanos posiblemente infectados en Punta Cana.
En ese entonces las autoridades de salud ordenaron el cierre preventivo de un reconocido centro educativo privado, donde un grupo de estudiantes presentaban síntomas respiratorios.
Al primero de junio del 2009 en el país ya se han confirmado 12 casos: 1 en la provincia de Santiago, 1 en la provincia de Peravia, 9 en la provincia del Distrito Nacional, y 1 en la provincia de Santo Domingo y el cinco de junio se reportó la primera muerte. Hasta el 30 de diciembre de 2009, se notificaron 491 casos y 23 muertes por la gripe A (H1N1) en el país, desde entonces el virus ha seguido circulando en territorio dominicano.
ALTA LETALIDAD
Ébola
En el 2014, ante la alerta internacional por el virus del Ébola, una enfermedad grave con una tasa de letalidad de hasta el 90 %, que se transmite por contacto directo con la sangre, fluidos corporales y tejidos de animales o personas infectadas.
Dentro de las acciones de preparación de ese entonces, en el país se puso en macha la adecuación de dos áreas en los hospitales Ney Arias Lora y el militar Ramón de Lara, para el aislamiento y la atención de los eventuales casos que se presentaran. La enfermedad no se registró en el país. Sus síntomas son fiebre alta y repentina, dolor de cabeza, molestias en las articulaciones y fuertes dolores musculares, dolor de garganta y debilidad generalizada, diarrea, vómitos y dolor de estómago, aparición de una erupción rojiza en la piel, congestión conjuntival y alteración de la función renal.