Cambio climático y salud
Cambio climático es un término que se utiliza para describir fenómenos climáticos complejos causados, sobre todo, por la concentración excesiva de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera terrestre. El dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y el ozono son los principales GEI. Se ha observado que la concentración de estos gases en la atmósfera ha aumentado desde la década de 1850 y que su concentración actual es la más alta registrada en 800.000 años (IPCC, 2013). Este aumento brusco se atribuye principalmente a actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, los procesos industriales y las actividades relacionadas con el uso de la tierra (la agricultura, la quema de bosques y la deforestación, que reducen la capacidad de los ecosistemas de absorber estos gases).
Estos cambios pueden causar un aumento del nivel del mar, sequías, inundaciones, olas de calor, y cambios en la distribución y el comportamiento de los vectores y agentes patógenos, entre otros efectos. Estos factores complejos influyen directa e indirectamente en la salud humana, sobre todo en la de las personas más vulnerables. Las afecciones médicas producidas por los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones y los huracanes, con frecuencia se asocian solamente a lesiones traumáticas como los daños físicos o las muertes accidentales.
Sin embargo, las lesiones traumáticas representan tan solo una fracción del impacto del cambio climático en la salud. En realidad, la mayor parte del impacto se debe a lesiones no traumáticas, como las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, renales, vectoriales o mentales, o los problemas psicosociales. La mayoría de los efectos del cambio climático sobre la salud responden a mecanismos complejos y atacan casi todos los aparatos y sistemas del cuerpo humano: por ejemplo, las gastroenteritis debidas a la contaminación del agua después de lluvias diluvianas o inundaciones, la amplificación de enfermedades vectoriales como consecuencia de las mejores condiciones de sobrevida para el patógeno o el vector, el aumento de enfermedades cardiovasculares como respuesta del propio organismo frente al estrés térmico de las olas de calor, o los problemas psicosociales asociados a la carga emocional y social que se deriva de la pérdida de seres queridos o del empleo. Por otro lado, el cambio climático puede agravar una situación existente y fragilizar aún más a las personas y comunidades ya vulnerables. [Cambio climático para profesionales de la salud: un libro de bolsillo. OPS]