Nuevas infecciones por virus de la influenza A(H1N1): resumen de vigilancia global, mayo de 2009. OMS – Registro epidemiológico semanal
15 de mayo de 2009, año 84. Nro. 20, 2009, 84, 173-184. http://www.who.int/wer
Nota editorial. Desde su detección inicial en México y en los Estados Unidos, el nuevo virus de la influenza A (H1N1) ha seguido propagándose a nivel mundial. En este momento, se están notificando casos relacionados con viajes desde varios países en diversas regiones. Sin embargo, sigue siendo incierto qué tan rápido se propagará el virus y cuán ampliamente se establecerá. Los primeros estimados de los parámetros epidemiológicos, tales como el período de incubación y las tasas de ataque, se han obtenido a partir de un número limitado de escenarios como hogares y escuelas.(1) Estas estimaciones requieren de posterior evaluación y confirmación en otros entornos.
Aunque los datos son limitados, comienza a surgir una caracterización inicial de algunas de las características clínicas y epidemiológicas del nuevo virus H1N1. En contraste con los patrones de la enfermedad por influenza estacional, los niños y adultos jóvenes parecen ser afectados de manera desproporcionada, mientras que los adultos mayores son menos susceptibles, especialmente en relación con la forma grave de la enfermedad. Un análisis de los casos hospitalizados en los Estados Unidos y México es notable en el sentido de que muy pocos casos correspondían a adultos de edad igual o mayor a 60 años, lo que sugiere un patrón distinto al de la influenza estacional.(2) Las razones para esto no se conocen en la actualidad.
Esta discrepancia puede reflejar, en parte, un sesgo en la determinación de los casos debido a patrones edad-específicos de los desplazamientos de personas, o a la aparición de brotes asociados a las escuelas en varios países. Dado que el brote está en una etapa temprana, puede que no haya transcurrido el tiempo suficiente para que el virus se propague a los grupos de mayor edad. Las personas mayores tienen más probabilidades de haber sufrido previamente la infección, o de haber recibido la vacunación contra otros virus H1N1. En este momento, no hay suficiente evidencia clínica o de laboratorio para determinar si la vacunación contra la influenza estacional confiere protección contra la infección o contra las complicaciones causadas por el nuevo virus H1N1. Es necesario seguir investigando.
Se ha observado un espectro de enfermedades similares a la gripe estacional para el nuevo virus de la influenza A (H1N1). Va desde una enfermedad leve hasta una enfermedad más grave que lleva a hospitalización y muerte en una pequeña proporción de casos confirmados. Entre aquellas personas con enfermedad auto-limitada, el cuadro clínico predominante parece ser similar al de la influenza, sin complicaciones ni requerimiento de tratamiento antiviral. La enfermedad grave se ha informado tanto en personas con factores de riesgo para complicaciones de la influenza estacional como en personas sin estos factores.
Es notable la proporción importante de casos con enfermedad grave entre los jóvenes y adultos sanos. En contraste, la gran mayoría de las muertes asociadas con la influenza estacional se produce entre las personas mayores. La mayoría de las complicaciones clínicas asociadas con la infección por H1N1, tanto en individuos sanos como en aquellos con enfermedades subyacentes, parecen estar relacionados con la enfermedad respiratoria grave.
Es importante señalar que la mayoría de los países están en una fase temprana de la propagación de la enfermedad y han notificado un pequeño número de casos. La experiencia de México y de los Estados Unidos puede indicar que sólo a medida que se produzcan más casos y que la infección se propague más ampliamente en la comunidad es que podrá obtenerse una imagen más completa de las características epidemiológicas y clínicas del virus H1N1. Además, pueden emerger diferentes patrones de morbilidad y mortalidad a medida que el virus se propague por el mundo y afecte a países de bajos recursos y a las poblaciones que ya sufren, de manera desproporcionada, la desnutrición, malas condiciones de vida y otras enfermedades infecciosas. Por ejemplo, si los estudios determinan que el virus se elimina en las heces, esto podría tener implicaciones para los países o instalaciones con inadecuados servicios de saneamiento.
Se prevé que la situación evolucione con el tiempo. Los países deben permanecer vigilantes de brotes inusuales de enfermedades similares a la influenza que podría ser la señal de la llegada, o de la propagación, del nuevo virus H1N1. La OMS ha elaborado directrices sobre el tratamiento, el control de la infección y otras medidas de control para la nueva influenza A (H1N1).(3)
La OMS no recomienda restricciones de viaje relacionadas con el estallido de la nueva influenza A (H1N1) virus. Sin embargo, las personas que están enfermas deben retrasar sus planes de viaje, y los viajeros que regresan a sus comunidades y se enferman deben buscar atención médica apropiada. Estas recomendaciones son medidas prudentes destinadas a limitar la propagación de muchas enfermedades infecciosas, incluida la gripe.
Más información sobre la evolución de la situación estará disponible en la web de la OMS (4) y en el Weekly Epidemiological Record(5)
Referencias.
1.- WHO Department of Epidemic and Pandemic Alert and Response. WHO Technical Consultation on the severity of disease caused by the new influenza A (H1N1) virus infections (available at http://www.who.int/csr/resources/publications/swineflu/technical_consultation_2009_05_06/en/index.html ; accessed May 2009).
2.- Emergence of a novel swine-origin influenza A (H1N1) virus in humans. New England Journal of Medicine, 2009, 360(19):1–16 (available at http://content.nejm.org/cgi/reprint/NEJMoa0903810.pdf ; accessed May 2009).
3.- Ver http://www.who.int/csr/resources/publications/swineflu/en/index.html
4.- Ver http://www.who.int/en/
5.- Ver http://www.who.int/wer/en/
Publicado: may 17th, 2009.