Experiencias obtenidas al suministrarles Oseltamivir a escolares durante la pandemia de influenza A (H1N1) 2009
En la edición de esta semana, Eurosurveillance publica un artículo que recoge las experiencias obtenidas al suministrarles Oseltamivir a escolares del Reino Unido durante la pandemia de influenza A (H1N1) 2009. En ese mismo año, ya la revista había publicado otros dos estudios sobre el mismo tema. Los tres estudios se realizaron a finales de la primavera del 2009 cuando todavía el Reino Unido mantenía su estrategia de contención de la nueva influenza, y conjuntamente reportaron un total de 638 niños.
Hubo al menos tres razones para suministrar antivirales a los niños. La primera es obviamente para evitar o mitigar la enfermedad que puede tornarse bastante severa incluso en niños sanos. La segunda es las crecientes evidencias de que los niños desempeñan un papel importante en la propagación de la epidemia, y la tercera es un tanto similar a la segunda pero es más bien un asunto familiar que de la sociedad y es proteger indirectamente a los hermanos del niño que sean demasiado pequeños como para recibir medicamentos o vacunas.
Hace un año en el Reino Unido, la razón que motivó ofrecer Oseltamivir a los escolares parecía ser una combinación de las dos primeras razones expuestas.
Los tres estudios comprenden niños entre 4 y 14 años. Estuvieron impulsados por el diagnóstico de uno o más casos de influenza pandémica, confirmados en laboratorio, en la escuela y además porque cada una de esas escuelas permaneció cerrada por una semana como mínimo. Ninguno de los estudios tuvo como primera finalidad valorar la efectividad de la intervención sino más bien medir la frecuencia de efectos indeseados y el cumplimiento del tratamiento con el medicamento. La mayoría de los niños se les dio el Oseltamivir en una dosis profiláctica, sin embargo, aquellos que coincidieron con los criterios clínicos sobre presencia de influenza sí recibieron el medicamento como terapia.
El hallazgo más común de estos estudios es que la frecuencia de efectos indeseados autoreportados fue considerablemente más alta que en anteriores reportes referidos al Oseltamivir. Cerca de la mitad de los niños de todas las escuelas reportaron al menos un síntoma que pudiera asociarse con el medicamento. Las nauseas fueron lo más común reportadas en casi un tercio de los niños, seguido del dolor de estómago en la quinta parte del total de tratados. Otros síntomas comunes reportados fueron dolor de cabeza, problemas de somnolencia y cansancio (menos del 10%). Un alumno y un adulto miembro del personal de la escuela reportaron cambios de carácter que pudieran estar relacionados con una mayor pérdida de sueño (8).
El cumplimiento del tratamiento varió entre los estudios: solamente el 48% de los alumnos de primaria (4 a 11 años) en una sola escuela terminaron el tratamiento completo versus el 85% de niños un poquito mayores (7-12 años) que reportaron haberlo concluido en el estudio publicado esta semana. Hay una pequeña diferencia en el cumplimiento entre los niños que reportaron síntomas similares a la influenza durante el tratamiento y los que no lo hicieron. Los autores del estudio de esta semana efectuaron un análisis multivariable de las razones para el no cumplimiento y descubrieron que las nauseas, los vómitos y la erupción estuvieron muy ligados a la interrupción del medicamento.
Los estudios presentados añaden información a nuestro conocimiento sobre el especto de efectos indeseados cuando se utiliza el Oseltamivir como tratamiento y/o profilaxis en grandes grupos de niños. Indican que los beneficios esperados tienen que sopesarse cuidadosamente con respecto a los efectos secundarios al momento de considerar este medicamento para situaciones de brotes epidémicos. En tales circunstancias, valdría la pena tratar de desarrollar un instrumento sencillo para decidir quién en el grupo correría un mayor riesgo de exposición e infección. Se debe tener en cuenta asimismo que aun cuando los antivirales se suministran a los escolares para disminuir la propagación en la comunidad, los estudios citados aquí indican que el efecto es limitado puesto que la influenza se propaga también fuera de los patios de las escuelas.
Fuente: Fuente: Eurosurveillance – Experiencias obtenidas al suministrarles Oseltamivir a escolares durante la pandemia de influenza A (H1N1) 2009 Disponible en: http://eurosurveillance.org/ViewArticle.aspx?ArticleId=19570 [Accedido Mayo 21, 2010].
Publicado: may 24th, 2010.