Influenza camufla sus señas
Hace poco, alguien me preguntó si ya había concluido el azote de la última pandemia que se ensañó con el mundo. No, respondí presurosa; el virus de la influenza pandémica A H1N1 todavía se desplaza, y ya no tan solapadamente. En nuestro país, autoridades de la salud confirman que en el año se han incrementado los cuadros respiratorios, resultado de una temporada de gripe asociada a la presencia del virus.
En este momento se registran más de cien mil atenciones semanales, que afectan tanto a niños como a adultos.
Ataca en especial de forma artera a seres humanos vulnerables de su afección. Califican dentro de ese grupo las embarazadas y puérperas, los asmáticos, personas que padezcan inmunodepresión, obesidad o cualquier enfermedad crónica del corazón o diabetes mellitus.
Los especialistas insisten en la importancia de comprender la higiene como herramienta fundamental de protección, siendo una medida por excelencia el lavado de manos.
Sin embargo, tal parece, los anuncios televisivos y las campañas de bien público destinadas a elevar la percepción del riesgo no han sido interiorizados por muchas personas. No hacer caso omiso a las advertencias debe ser asunto de máxima prioridad.
Increíblemente, he escuchado que algunos “sesudos” atribuyen a la labor informativa de las autoridades sanitarias sobre el tema, el calificativo de “tejemaneje”.
Dentro de esos se deben mover, sin lugar a duda, por ejemplo, los que continúan tosiendo y colocando en la barra de apoyo de los ómnibus la mano “tapadora”.
Practicar una correcta higiene respiratoria en cualquier lugar que nos encontremos, delimita una de las líneas vitales y básicas dentro del comportamiento social.
Al estornudar o toser despedimos microgotas que pueden contener el virus de la influenza A H1N1. Si estamos enfermos o somos portadores de este, la sola usanza de actitudes coherentes con los requerimientos actuales es la vía para evitar los temidos contagios.
Taparse la boca al toser o estornudar, ya sea con papel sanitario, sobre la manga de la camisa, o en el ángulo del codo, evita la liberación de saliva.
De no hacerlo, además de entenderse como una desconsideración para con los demás, el acto implica franco desconocimiento, a pesar de que disímiles anuncios televisivos indican la supervivencia del virus en esos espacios donde todos colocamos las manos: los teléfonos públicos, los pasamanos de las escaleras y las guaguas.
También se hizo hincapié desde que el AH1N1 escindió a los terrícolas, de un lado los que integraban la lista de los contagiados y del otro los que nos hemos librado -hasta ahora- de su inoculación, de que acudir al auxilio de asistencia médica en cuanto se observaran signos de la gripe común o estacional propiciaba un mayor porcentaje de factibilidad en el tratamiento.
No es ajeno para los cubanos la posición desprevenida y falseada de sentirse inmunes, así, nada más porque sí, frente a la temida dolencia.
Acudir con celeridad a los servicios médicos ante síntomas como fiebre, dolor de cabeza, garganta o cuadro respiratorio es el primer paso en la batalla contra una pandemia que aun circula en Cuba y en toda el área de América.
Expertos en Epidemiología en enfermedades respiratorias y responsables del área de urgencias reportan las llegadas tardes de numerosos pacientes, cuyo cuadro se ve agravado por la imposibilidad de detener la presencia en el individuo del A H1N1 cuando está en estado incipiente.
Una característica distintiva y agravante de este padecimiento es que no respeta la estacionalidad. Como muchos de ustedes recordarán, próximo a iniciar la pasada etapa invernal se enfatizó en la necesidad de extremar medidas que frenaran un tanto el rumbo acelerado que tomaría en ese momento, debido a circunstancias ambientales favorables para su propagación.
Ahora, de cara al inconveniente de su capacidad imperturbable para recibir el verano, nadie debe desestimar ningún cuadro respiratorio.
Guardan mucha similitud los pacientes con influenza y los de una gripe común. Ser cuidadosos, higiénicos y perceptivos es la única manera de resistir el embate de un peligro que camufla sus señas.
Fuente: http://www.tribuna.co.cu/etiquetas/2010/mayo/23/infuenza-camufla.html
Publicado: may 22nd, 2010.