Enfrentando la influenza: nuevas perspectivas para el diseño racional de los antivirales
A pesar de la disponibilidad de vacunas para prevenir la influenza, los virus de esta enfermedad continúan siendo una carga para la salud pública mundial. Durante los años de epidemias típicas, tan solo en los Estados Unidos, casi 36 000 personas fallecen y 200 000 son hospitalizados como resultado de severas complicaciones vinculadas con las infecciones por el virus de la influencia. Estas cifras pueden aumentar drásticamente en años de severas pandemias. Uno de los ejemplos más elocuentes de cuan dañina puede ser la influenza fue la pandemia de 1918-1919. Esta pandemia fue provocada por el virus H1N1 y trajo como resultado 50 millones de muertes, principalmente entre la población adulta y tuvo devastadoras consecuencias para la humanidad.
El nuevo virus H1N1 que está provocando la primera pandemia por el virus de la influenza en este siglo obviamente es menos virulento que el de 1918. Sin embargo, este episodio pandémico ha aportado experiencias aleccionadoras sobre nuestra capacidad para combatir la influenza pandémica.
Por ejemplo, nos ha recordado nuestra incapacidad para pronosticar el subtipo específico que iniciará una nueva pandemia. Mientras se prestaba la mayor atención a los virus H5, y hasta cierto punto, a los virus H7, H9 y H2 como nuevas y potenciales cepas pandémicas, los virus H1 se mantenían fuera del radar porque no había precedentes de una pandemia de influenza provocada por virus del subtipo H1 que circulara en humanos. Sin embargo, las mayores diferencias en cuanto a antígenos entre el nuevo virus H1N1 de origen porcino y los virus H1N1 humanos que circulaban anteriormente -responsables de una limitada inmunidad preexistente en humanos contra los virus H1N1 porcinos- es muy probable que hayan facilitado el salto de la especie del reservorio porcino al humano. Por otra parte, los programas de vigilancia ampliada del virus de la influenza en los humanos nos permitió llegar a la conclusión de que el nuevo virus H1N1 inició una pandemia sin que casi mediara un periodo de adaptación previo para los humanos, constituyendo un desafío a nuestras perspectivas de producir a tiempo una vacuna contra el nuevo virus pandémico que protegiese a la población. Por ello, si bien se dispone ahora de una vacuna, no fue posible emprender la vacunación durante la temporada invernal en el hemisferio sur donde prevalecía el nuevo virus H1N1.
Durante el intervalo de tiempo necesario para producir las vacunas, nuestras únicas armas contra los virus de la influenza pandémica son los antivirales e incluso, en el transcurso de las epidemias típicas, también los antivirales son cruciales para el tratamiento de la influenza puesto que la vacunación no evita completamente la infección provocada por dicho virus.
La Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos ha aprobado dos tipos de antivirales para el tratamiento de la influenza: los bloqueadores de canales M2 Amantadina y Rimantadina, y los inhibidores de neuraminidasa Oseltamivir y Zanamivir. La primera clase inhibe la capacidad de la proteína viral M2 para bombear protones, función requerida para el desplegamiento del virus durante los primeros pasos de la entrada del virus a la célula hospedera. Por el contrario, la segunda clase inhibe la actividad enzimática de la proteína viral NA necesaria para la propagación de los viriones de la influenza que recién genera la célula hospedera infectada.
No obstante, ha surgido una gran preocupación por el uso de estos antivirales y es la amplia resistencia de los virus circulantes de la influenza a estos medicamentos. La mayoría de los virus H3N2 humanos circulantes son resistentes a la Amantadita y la Rimantadina mientras que los virus humanos H1N1 de la última temporada han desarrollado la resistencia al Oseltamivir. Los virus de la nueva pandemia H1N1 se resisten a los bloqueadores de canales M2 pero son sensibles a los inhibidores de la neuraminidasa. Sin embargo, ya se han descrito muestras aisladas resistentes al Oseltamivir y pueden tornarse predominantes por la presión de la selección. Obviamente, se precisa de nuevos antivirales para combatir con eficacia los virus de la influenza.
Fuente: Nature Medicine. Attacking the flu: New prospects for the rational design of antivirals. Disponible en: http://www.nature.com/nm/journal/v15/n11/full/nm1109-1253.html [Accessed November 17, 2009].
Publicado: nov 17th, 2009.