Madrid (16-9-09).- Los expertos señalan que cada día estamos expuestos a múltiples elementos contaminantes, alérgenos, bacterias y virus, como el de la gripe A (H1N1), que pueden afectar a nuestra salud. La prevención se convierte en un elemento fundamental en nuestros días. Por ello, además de incorporar a nuestros hábitos ciertas medidas higiénicas, como cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo al estornudar, lavarse frecuentemente las manos y ventilar las estancias, es útil emplear tecnologías que nos permitan respirar un aire más limpio y saludable. En este sentido y según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología de Vietnam, organismo perteneciente a la OMS, la gama de purificadores de Daikin es capaz de desactivar los virus de la gripe A en 24 horas. Además, estos purificadores están avalados por la entidad alemana TÜV, instituto que ha certificado su efecto beneficioso sobre personas con problemas de alergias. Gracias a su novedosa tecnología Flash Streamer, los purificadores de Daikin eliminan el 99,99 % de las bacterias, el 99,6% de los alérgenos, incluidos los ácaros y el polen, y descomponen el 95% de los olores.
Washington, 17 sep (EFE).- La tasa de mortalidad global que está provocando la gripe A es inferior a lo inicialmente previsto y se aproxima a los niveles registrados por la variante estacional de la enfermedad, aseguró un experto de la Universidad de Harvard.
“Si excluimos posibles mutaciones del virus, podemos afirmar que estamos ante una pandemia de categoría 1. Esto no ha quedado claro hasta hace muy poco”, afirmó Marc Lipstich, doctor especializado en enfermedades infecciosas, en un encuentro con expertos en gripe A que hoy convocó el Instituto de Medicina de Estados Unidos.
Lipstich, que lleva meses trabajando en una investigación propia sobre el impacto global de la gripe A, estima que la tasa de mortalidad que ha provocado oscila entre el 0,007 y el 0,045%.
Esa proporción corresponde a la primera de las cinco categorías que contempla el Índice de Gravedad de Pandemias del Gobierno de Estados Unidos.
Esta es también la categoría que se aplica a la gripe estacional, cuya tasa de mortalidad es inferior al
0,1 % pese a que causa la muerte de entre 250 000 y 500 000 personas al año alrededor del mundo.
Un virus de categoría 5, en cambio, mataría a decenas de millones de personas y tendría un impacto similar al de la pandemia de 1918, cuya tasa de mortalidad fue superior al 2%.
El virus de la gripe A fue declarado pandemia el pasado junio, apenas seis semanas después de su aparición, pese a que la falta de diagnósticos aún no había permitido a los expertos atribuirle una tasa de mortalidad definitiva.
Esta escasez de información precisa, junto al impacto público del hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevara la alerta por la enfermedad al nivel máximo, hizo que la enfermedad pareciera peor de lo que es, según Lipstich.
En todo el mundo, el brote de gripe A que se detectó en abril ha causado al menos 3.205 muertes, y más de dos tercios de ellas se han registrado en el continente americano, según los últimos datos de la OMS.
Para el experto de Harvard, los nuevos datos de los que se dispone ahora acerca de las personas que fueron contagiadas pero no desarrollaron una enfermedad grave permiten contemplar el virus desde un prisma menos severo.
“Las noticias son mucho mejores de las que había en mayo, e incluso mejores que las de hace un mes”, indicó Lipstich.
La principal diferencia entre la gripe A y la estacional es que esta última ataca con más virulencia a los ancianos, que suman el 90% de las muertes cada año, mientras que el nuevo brote se está cebando especialmente con los adultos jóvenes y los niños.
En Estados Unidos, la gripe A ha causado 593 muertes desde que se detectó el brote el pasado abril hasta comienzos de septiembre, según los últimos datos específicos proporcionados por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Mientras que la vacunación tanto para la fiebre estacional como para la H1N1 está entre las herramientas de prevención con mayor disponibilidad para evitar las complicaciones de la influenza, surge la pregunta: ¿deben los pacientes inmunodeficientes ser vacunados?
En general, existen dos tipos de vacunas diferentes, a las que se conoce como vacunas muertas o vivas. Las vacunas vivas contienen bacterias vivas o un virus que ha sido modificado. Eso significa que han perdido la habilidad de causar enfermedad y que son administradas por una vía que previene cualquier tipo de complicación por ellas. Las vacunas muertas, como su nombre lo indica, están fabricadas con virus o bacterias muertos.
Esta diferencia entre vacunas muertas y vivas es importante para las personas inmunocomprometidas.
Una información dada a conocer por la AAAAI, la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología, recomienda que las vacunas virales vivas no sean administradas a pacientes con inmunodeficiencias, incluyendo a la vacuna antiviral intranasal viva FluMist®.
http://www.medicalnewstoday.com/articles/164349.php










