Una reflexión sobre la arquitectura de la asistencia sanitaria

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arquitectura contemporáneaUn enfoque inquebrantable en la utilidad y el cumplimiento normativo es la causa de muchas de las “monstruosidades” de la medicina contemporánea. La moda actual en medicina es etiquetar las cosas como “basadas en evidencia” o “no basadas en evidencia”. Utilizamos estas etiquetas para describir tratamientos, pruebas de diagnóstico, políticas de salud pública e incluso personas. Sin embargo, esta cosmovisión dicotómica no logra captar los matices del panorama médico.

El uso de evidencia para impulsar la toma de decisiones médicas debe ser elogiado, pero siempre habrá más para proporcionar una atención médica adecuada que leer estadísticas en una revista o seguir algoritmos clínicos. La abreviatura que usamos para transmitir esta realidad es “el arte de la medicina”. Una mejor analogía sería “la arquitectura de la medicina”. Después de todo, la atención médica adecuada tiene una estructura construida alrededor de un propósito claro: mejorar la salud de el paciente. Es ingeniería con estilo.

Al mismo tiempo, un enfoque inquebrantable en la utilidad y el cumplimiento normativo es la causa de muchas de las “monstruosidades” de la medicina contemporánea: la proliferación de guías clínicas rígidas pero contradictorias; aplicaciones contundentes de punto de atención; y sistemas de registros médicos electrónicos generalmente descritos como un obstáculo en lugar de como una herramienta. Cada una de estas innovaciones de ingeniería prometió a la medicina una nueva base basada en la evidencia, pero en su lugar se han introducido sin tener en cuenta a las antiguas tradiciones que nuestra comunidad aprecia. Esta contradicción en la práctica médica actual, su enfoque simultáneo y la miopía, es una reminiscencia del movimiento de arquitectura brutalista.

El brutalismo fue un fenómeno arquitectónico global de moda que alcanzó su punto máximo en los años 60 y 70, pero las estructuras de vanguardia fueron rápidamente rechazadas como pesadillas socialistas feas. El brutalismo valoraba el diseño utilitario descarado. Intentó aclarar los elementos de su construcción, proyectando durabilidad sobre inteligencia. Sin embargo, este estilo arquitectónico era tanto una declaración como una función. La geometría concreta y simple reinó, incluso cuando estructuras más delicadas podrían haber hecho el truco.

Para un estilo tan decidido a ser práctico, a menudo se hizo a su manera, haciendo que los usuarios de tales estructuras se sintieran incómodos. A pesar de la impopularidad actual del estilo, muchos monumentos brutalistas todavía existen hoy como edificios gubernamentales y universitarios, ya que la necesidad fiscal ha asegurado su supervivencia.

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Reseña del original: Benjamin Mazer, resident in pathology Fuente: BMJ 2017; 359 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.j5676 Brutalist medicine: a reflection on the architecture of healthcare

Fuente: Intramed. Arte y cultura – sept 2019

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