Este último año te hemos visto cabalgar, como guerrero invencible, en el combate a una epidemia a cuyas consecuencias te adelantaste con tu visión de futuro, cuando llenaste la Isla de médicos y centros científicos para poder hacer frente, con la ciencia, a las muchas enfermedades que llegan a través del tiempo.
Supiste, en todo caso, que seríamos los países pobres los más afectados, y entonces hiciste realidad la palabra solidaridad, tan necesaria, bandera fundamental de la Revolución y, desgraciadamente, poco utilizada allí, donde prima el egoísmo y la avaricia con el nombre de neoliberalismo.