No temer a la evidencia; ésta no es más que información y conocimiento
A propósito de la creación de la Cátedra multidiscplinaria “Evidencias médicas: información y conocimiento” de la Facultad Girón de la Universidad Médica de la Habana, y presidida por el Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos, 12 de enero de 2011, Museo de la Farmacia Habanera, comentamos hoy.
Hablar de “evidencias en salud” es siempre polémico… aludirla hace pensar en la controversial Medicina basada en evidencias, ganadora de muchos detractores sobretodo en sus orígenes a principios de los 90s… quizás por una comprensión limitada de un fenómeno que “aparentemente” resaltaba la utilidad de los ensayos clínicos aleatorizados y se limitaba solo a resolver cuestiones sobre terapéutica, marginando otros diseños y otras necesidades de información… quizás por haber nacido en el primer mundo desarrollado, capitalista, colonizador y opresor por excelencia donde, sin dudas, no faltó quien utilizara en su beneficio la filosofía que la Medicina Basada en evidencias defendía, construyendo información falsa sobre sus productos para aumentar sus ganancias.
Es cierto que la mayor cantidad de información médica responde a problemas de salud del primer mundo, que las grandes trasnacionales, las más poderosas compañías farmacéuticas influyen sobre los procesos de investigación clínica, favorecen y sobredimensionan los resultados favorables de sus productos… incluso en el peor de los casos los improvisan. Es cierto que los sesgos de reporte y de publicación constituyen hoy en día dos peligros potenciales para la investigación y la práctica clínica. Es cierto que no todos los reportes tienen calidad y a veces carecen de rigor científico, que no se publica todo lo que se investiga pero… ¿son estas tendencia propias solo del mundo desarrollado?, ¿sería justo considerar igual toda la investigación clínica proveniente del primer mundo?, ¿podríamos ponerla toda en la misma bolsa y desecharla?
Probablemente no. Quizás sería más pertinente capacitarnos para seleccionar y evaluar críticamente la información, discernir e identificar lo útil, válido y aplicable a nuestro contexto. De seguro sería más acertado promover la publicación de nuestros resultados y experiencias obtenidos en la investigación y la práctica, socializar y documentar dichos procesos y convertir nuestro conocimiento en explícito y replicable.
Más allá de interpretaciones y opiniones, la metodología que defiende la Medicina basada en evidencias fundamentada en la “Búsqueda, acceso, evaluación y aplicación de los mejores resultados de la investigación provenientes de la literatura” es quizás su principal legado y por lo que ha sobrevivido por casi 20 años; algo que para nada difiere de lo que la Gestión de información y el conocimiento y la alfabetización informacional en salud promueven.
La información, informa o desinforma; pues no siempre es segura, convincente, certera; pertinente ni relevante; no siempre se procesa adecuadamente, ni logra un impacto en sus receptores que modifique el estado del conocimiento… La Evidencia, en cambio, podría considerarse a la información particular que dentro de ese gran monto disponible, constituye certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar, es prueba determinante en un proceso; es además certidumbre, convicción, convencimiento, seguridad 2.
Realzar el valor de la llamada “evidencia” en salud ha sido el modo en que epidemiólogos y médicos han visto, denominado y contextualizado un fenómeno que por cientos de años las Ciencias de la información y disciplinas afines han defendido: la información como recurso esencial, y la gestión de información y el conocimiento como un proceso básico para el desarrollo.
Llámese evidencia o información “útil, válida y aplicable” constituye un indiscutible protagonista en todos los contextos de la salud, mucho más allá de la medicina clínica.
Ninguna ciencia sobreviviría a la falta de información, la constante búsqueda de ésta, la modificación y actualización del conocimiento son premisas indispensables. Para los profesionales de la salud la actualización de conocimientos y competencias tiene una repercusión particular en tanto que las cuestiones humanas y éticas se consideran de fuerza mayor, por lo que merecen una especial atención.
La Cátedra que les proponemos hoy constituye un intento por anular las fronteras terminológicas entre: evidencias, información y conocimiento médicos y fomentar el uso y la producción de éstos en la investigación, la práctica y la docencia médica en nuestro país.
Msc. Ania Torres Pombert. Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos.
Publicado: feb 21st, 2011. En: Editorial.
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