Ernestito, junto a sus hermanas Celia y Ana María y su madre Celia ojeando las páginas de un libro. Sin dudas sus padres cultivaron en él desde su infancia su vocación de lector.
Primera página del Índice de Libros que comenzó a escribir en su adolescencia. En él apuntaba por orden alfabético todas las obras y autores que leía. Este hábito lo acompañaría toda su vida.
“Entonces, me di cuenta de una cosa fundamental: para ser médico revolucionario o para ser revolucionario, lo primero que hay que tener es revolución.”