Nueva clasificación de crisis epilépticas: ¿progreso, complejidad o fatiga en la práctica asistencial?
La historia de las clasificaciones de las crisis epilépticas, es un campo en constante evolución y en relación con la constante necesidad de actualización a medida que avanza el conocimiento.
Desde el antiguo “Libro de todas las enfermedades” o Sakikku, hasta las propuestas más recientes de la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE), la búsqueda de un lenguaje común ha sido una constante. Más recientemente, en el 2023, el Comité Ejecutivo de la ILAE designó un grupo de trabajo para recomendar ajustes de la clasificación de 2017 y se presentó la posición actualizada.
Ante esta nueva clasificación de crisis epilépticas de 2025, nos planteamos: ¿Estamos alineados para su implementación efectiva, o enfrentamos desafíos inherentes que inducen un debate?
La actualización, que se basa en el marco del 2017, introduce cambios significativos con el objetivo de intentar lograr un lenguaje común y una mayor precisión diagnóstica. Sin embargo, como toda nueva propuesta, ha generado diversas opiniones y críticas, como en las precedentes.
La clasificación muestra seis cambios clave, que buscan abordar limitaciones de versiones anteriores y mejorar la aplicabilidad clínica. Por ejemplo, se elimina el término “inicio” en los nombres de las clases principales, lo cual simplifica la terminología, pero podría generar un período de adaptación para los acostumbrados a la nomenclatura previa.
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