Distribución y expansión del Aedes albopictus

mosquito tigre (aedes albopictus)Mosquito tigre (Aedes albopictus)

Un mosquito originario del sureste asiático, Aedes albopictus, denominado vulgarmente “mosquito tigre” debido a las llamativas manchas y bandas blancas con las que se adorna, se está extendiendo por todo el mundo y está disparando las alarmas sanitarias.
Amparado por el transporte de neumáticos usados que propicia el comercio internacional -las cubiertas encharcadas proveen un medio idóneo para su reproducción-, se ha instalado ya en numerosos países y su área de distribución continúa en incesante expansión.
En realidad, este caso no es sino una muestra más de los problemas que causan las especies invasoras. Es, también, un ejemplo de cómo la locura que nos hace de mover productos de un lado a otro del planeta sin el menor control y previsión, que nuestra sociedad moderna está propiciando con unos objetivos comerciales tan afanosos que nunca son capaces de mirar más allá del lucro inmediato, suele tener consecuencias -a veces sorprendentes, casi siempre imprevisibles- en múltiples ámbitos. Consecuencias ecológicas -desestabilizando los ecosistemas originales-, económicas -provocando graves plagas-, sanitarias -transmitiendo enfermedades a humanos o a los animales domésticos- e incluso, es el caso tratado, sociológicas.

Este pequeño insecto, cuyo hábitat natural son las selvas húmedas asiáticas, tiene un aspecto característico y una picadura dolorosa, que se inflama y persiste mucho más que las que provocan los mosquitos autóctonos (Aedes albopictus es capaz de atravesar la ropa). A diferencia de aquéllos, el mosquito tigre tiene hábitos diurnos y es extraordinariamente agresivo con nuestra especie, tanto que puede atacar en pequeños grupos.

Una vez se ha introducido en una zona, es capaz de sacar adelante su progenie en cualquier superficie que contenga agua estancada, por pequeño que sea su tamaño. De esa manera, deposita sus huevos en el agua contenida en latas y recipientes domésticos abandonados, neumáticos, abrevaderos, charcas temporales, etc. En realidad, ni siquiera la falta de agua o el frío son obstáculos serios para esta especie, ya que los huevos resisten la desecación y son capaces de resistir varios meses aletargados (en estado de diapausa).

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