8 cepas de coronavirus están dando la vuelta al mundo: las pistas que dan a los científicos
Al menos ocho cepas del coronavirus están recorriendo el mundo, dejando a su paso un rastro de muerte y enfermedad que los científicos están siguiendo por sus huellas genéticas.
Aunque todavía no se conoce mucho, ocultas en los fragmentos microscópicos únicos del virus hay pistas sobre los orígenes de la cepa original, cómo se comporta a medida que muta y qué cepas están provocando conflagraciones mientras otras se extinguen gracias a las medidas de cuarentena.
Trabajando en laboratorios que solían ser bulliciosos y ahora están casi vacíos, los investigadores que supervisaron docenas de proyectos están centrados en un objetivo: rastrear las cepas actuales del virus SARS-CoV-2 que causan la enfermedad del COVID-19.
Los laboratorios de todo el mundo están dedicando sus máquinas de secuenciación, la mayoría del tamaño de una impresora de escritorio, a la tarea de secuenciar rápidamente los genomas de las muestras de virus tomadas de personas enfermas con COVID-19. La información se carga en un sitio web llamado NextStrain.org que muestra cómo el virus está migrando y dividiéndose en subtipos similares pero nuevos.
Aunque los investigadores advierten que solo están viendo la punta del iceberg, las pequeñas diferencias entre las cepas del virus sugieren que las órdenes de quedarse en casa están funcionando en algunas zonas y que ninguna cepa del virus es más mortal que otra. También dicen que no parece que las cepas se vuelvan más letales a medida que evolucionan.
“El virus muta tan lentamente que las cepas son muy similares entre sí”, dijo Charles Chiu, profesor de medicina y enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Francisco.
El virus SARS-CoV-2 comenzó a actuar en China en algún momento entre mediados de noviembre y diciembre. Su genoma está formado por unos 30 000 pares de bases. Para hacernos una idea, los humanos tienen más de 3 mil millones. Hasta ahora, los científicos han encontrado solo 11 cambios en los pares de bases, incluso en las cepas más diferentes del virus.
Eso hace que sea fácil detectar nuevos linajes a medida que evolucionan, dijo Chiu.
“Los brotes son rastreables. Tenemos la capacidad de realizar secuencias genómicas casi en tiempo real para ver qué cepas o linajes están circulando”, dijo.
Hasta ahora, la mayoría de los casos en la costa oeste de los Estados Unidos están relacionados con una cepa identificada por primera vez en el estado de Washington. Puede haber venido de un hombre que estuvo en Wuhan, China, el epicentro del virus, y regresó a su hogar el 15 de enero. Solo tiene tres mutaciones diferentes de la cepa original de Wuhan, según el trabajo realizado al inicio del brote de Trevor Bedford, biólogo computacional en Fred Hutch, un centro de investigación médica en Seattle.
En la costa este hay varias cepas, incluida la de Washington, y otras que parecen haber llegado desde China hasta Europa y luego a Nueva York y otras ciudades, confirmó Chiu.
Cuidado con los bonitos árboles filogenéticos
Esta no es la primera vez que los científicos se esfuerzan por hacer un análisis genético de un virus en medio de una epidemia. Lo hicieron con el Ébola, el Zika y el virus del Nilo Occidental, pero nadie fuera de la comunidad científica les prestó mucha atención.
“Esta es la primera vez que los árboles filogenéticos colman Twitter”, dijo Kristian Andersen, profesor de Scripps Research, un centro de investigación de ciencias biomédicas sin ánimos de lucro ubicado en La Jolla, California, refiriéndose a los diagramas que muestran las relaciones evolutivas entre diferentes cepas de un organismo.
Tema: Noticias. Publicado: abr 1st, 2020.