Salud y bienestar

La salud (del latín salus, -utis)​ es un estado de bienestar o de equilibrio que puede ser visto a nivel subjetivo (un ser humano asume como aceptable el estado general en el que se encuentra) o a nivel objetivo (se constata la ausencia de enfermedades o de factores dañinos en el sujeto en cuestión). El término salud se contrapone al de enfermedad, y es objeto de especial atención por parte de la medicina y de las ciencias de la salud.

El significado de la salud ha evolucionado con el tiempo. De acuerdo con la perspectiva del biomédico, las primeras definiciones de salud se centraban en el tema de la capacidad de funcionamiento del cuerpo; la salud se consideraba un estado de funcionamiento normal que podía verse alterado de vez en cuando por la enfermedad.

Un ejemplo de esta definición de salud es: “un estado caracterizado por la integridad anatómica, fisiológica y psicológica; la capacidad de desempeñar roles familiares, laborales y comunitarios personalmente valorados; la capacidad de hacer frente al físico, biológico, psicológico y estrés social”.

Luego, en 1948, en un cambio radical de las definiciones anteriores, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso una definición que apuntaba más alto: vincular la salud con el bienestar, en términos de “bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades y dolencias”.

Aunque esta definición fue acogida por algunos como innovadora, también fue criticada por ser vaga, excesivamente amplia y por no considerarse medible. Durante mucho tiempo, se dejó de lado como un ideal poco práctico y la mayoría de los debates sobre la salud volvieron a la practicidad del modelo biomédico.

Al igual que se pasó de considerar la enfermedad como un estado a pensar en ella como un proceso, el mismo cambio se produjo en las definiciones de salud. Una vez más, la OMS desempeñó un papel destacado al fomentar el desarrollo del movimiento de promoción de la salud en la década de 1980. Esto aportó una nueva concepción de la salud, no como un estado, sino en términos dinámicos de resiliencia, es decir, como “un recurso para vivir”.

En 1984, la OMS revisó la definición de salud y la definió como “el grado en que un individuo o grupo es capaz de realizar sus aspiraciones y satisfacer sus necesidades, así como de cambiar o hacer frente a su entorno”. La salud es un recurso para la vida cotidiana, no el objetivo de la vida; es un concepto positivo, que hace hincapié en los recursos sociales y personales, así como en las capacidades físicas”.

Así, la salud se refería a la capacidad de mantener la homeostasis y recuperarse de las agresiones. La salud mental, intelectual, emocional y social se refería a la capacidad de una persona para manejar el estrés, para adquirir habilidades, para mantener relaciones, todo lo cual forma recursos para la resiliencia y la vida independiente.​ Esto abre muchas posibilidades para que la salud sea enseñada, fortalecida y aprendida.

Las actividades sistemáticas para prevenir o curar los problemas de salud y promover la buena salud en los seres humanos son llevadas a cabo por encargados de la atención médica. Las aplicaciones con respecto a la salud de los animales están cubiertas por la ciencias veterinarias. El término “saludable” también se utiliza ampliamente en el contexto de muchos tipos de organizaciones no vivas y sus impactos en beneficio de los seres humanos, como en el sentido de comunidades saludables, ciudad saludable o medio ambiente saludable.

Además de las intervenciones de atención sanitaria y el entorno de una persona, se sabe que hay otros factores que influyen en el estado de salud de los individuos, como sus antecedentes, su estilo de vida y sus condiciones económicas, sociales y su espiritualidad; estos factores se denominan “determinantes de la salud”. Los estudios han demostrado que los altos niveles de estrés pueden afectar a la salud humana.

En la primera década del siglo XXI, la conceptualización de la salud como una capacidad abrió la puerta a que las autoevaluaciones se convirtieran en los principales indicadores para juzgar el desempeño de los esfuerzos destinados a mejorar la salud humana.

También creó la oportunidad de que toda persona se sienta sana, incluso en presencia de múltiples enfermedades crónicas, o de una condición terminal, y de que se reexaminen los determinantes de la salud, alejándose del enfoque tradicional que se centra en la reducción de la prevalencia de las enfermedades.

La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia, según la definición presentada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su constitución aprobada en 1948. Este concepto se amplía a: La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

En la salud, como en la enfermedad, existen diversos grados de afectación y no debería ser tratada como una variable dicotómica. Así, se reformularía de la siguiente manera: La salud es un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades. También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica de un organismo tanto a nivel micro (celular) como a nivel macro (social).​

Dentro del contexto de la promoción de la salud, la salud ha sido considerada no como un estado abstracto, sino como un medio para llegar a un fin, como un recurso que permite a las personas llevar una vida individual, social y económicamente productiva. La salud es un recurso para la vida diaria, no el objetivo de la vida. Se trata de un concepto positivo que acentúa los recursos sociales y personales, así como las aptitudes físicas.

No obstante, el concepto de salud (buena salud) es subjetivo. Muchas personas se han acostumbrado a vivir con un estado de mala salud crónica como si fuera normal, influenciadas por el entorno social o familiar, sus vivencias personales que le imposibilitan contrastar con una situación de buena salud y, en ocasiones, la falta de apoyo o soluciones por parte de los profesionales de la salud, entre otras razones.

Este hecho está impidiendo el reconocimiento y diagnóstico de trastornos que, sin tratamiento, pueden provocar consecuencias graves sobre la salud. Como ejemplos destacados cabe citar la enfermedad celíaca19​20​ o la malnutrición en personas de edad avanzada.

Asimismo, esta aceptación de una mala salud crónica como algo esperable o normal y la falta de concienciación acerca de la importancia de la prevención, conducen a un bajo seguimiento de los tratamientos prescritos en enfermedades crónicas diagnosticadas, con las consiguientes repercusiones negativas sobre la salud.

La salud mental es un concepto que se refiere al bienestar emocional y psicológico del individuo. Merriam-Webster define salud mental como: «el estado del bienestar emocional y psicológico en el cual un individuo pueda utilizar sus capacidades cognitivas y emocionales, funcionar en sociedad, y resolver las demandas ordinarias de la vida diaria».

Según la OMS, no hay una definición oficial de salud mental. Las diferencias culturales, las evaluaciones subjetivas y la competición de teorías profesionales, hacen difícil definir “la salud mental”. En general, la mayor parte de expertos advierten que la salud mental y las enfermedades mentales no son excluyentes.

En otras palabras, la ausencia de un desorden mental reconocido, no es necesariamente un indicador de contar con salud mental (probablemente debido al desconocimiento de la gran variedad de estados mentales aún por definir, y la corta edad de la ciencia médica en general tal como la conocemos hoy en día, y en especial de la ciencia que intenta definir con más exactitud estos trastornos o complejos salud-enfermedad que proponen tanto la psicología como la psiquiatría).

El proceso que permite fortalecer los conocimientos, aptitudes y actitudes de las personas para participar responsablemente en el cuidado de su salud y para optar por estilos de vida saludables, facilitando el logro y conservación de un adecuado estado de salud individual, familiar y colectivo mediante actividades de participación social, comunicativa y educativa para la salud.

El cuidado también está relacionado con la prevención. Te da el control sobre riesgos a enfermedades y cambia el estilo de vida a uno más saludable. Mientras sea acompañado por una dieta balanceada, crear una rutina de ejercicios y evitar situaciones que causen estrés, todo esto con el objetivo de disminuir el riesgo a enfermedades.

La salud y la educación no deben actuar como compartimientos estancos sino como vasos comunicantes entre sí y con el resto de la comunidad pues la educación mejora la salud de las personas.

Tomado de: Wikipedia. Salud