Habana, mi hermosa Habana

Amanece el día 15 de noviembre en Cuba y lo hace con una mañana lluviosa, gris, que confirma la entrada del anunciado y esperado frente frío, en una tierra colmada del calor del clima y de los humanos. Este día del penúltimo mes del año, tiene una connotación diferente, ha sido el escogido para el reinicio de las actividades escolares y diarias, en una nación que durante casi dos años ha paralizado casi todos los servicios a consecuencia de la Covid 19.

Cada uno de nosotros, que hoy pueda retornar a sus labores y aquellos que no hemos descansado ni un día, somos sobrevivientes de un tiempo, que arrebató valiosas vidas humanas. Siempre que pienso en el 2020 y recuerdo el congreso HistArtMed celebrado del 11 al 14 de marzo, cumpliendo desde ese entonces con todas las medidas y sin que ningún delegado cubano ni extranjero hubiese enfermado; y entonces me situó en el final del 2021, me inunda esa sensación de sobrevivir sin enfermar, sobrevivir con secuelas, sobrevivir con las ansias de retornar a la vida, la normalidad y a esa tranquilidad ciudadana, que forma parte de la Cuba, que todos admiramos, defendemos y queremos.

Todo eso sucede, 24 horas antes de la llegada del día 16. Fecha histórica para la nación, por la fundación de la Villa San Cristóbal de La Habana, que mañana estará cumpliendo 502 años.

La Habana, mi hermosa Habana, que hoy me invita a compartirles estos pensamientos traviesos de mi mente y que siempre me retorna a la mujer habanera, cubana, latinoamericana, afrodescendiente, de origen cantonés, vasco y canario, doctora, madre, hija, hermana, amiga, que habita en mí.

Mi ciudad retoma su andar y lo hace, sin varios imprescindibles, algunos como Eusebio Leal, Manuel Porto, Ricardo González, Oscar Alonso Chil, Isabel Frutos, no estarán para este lluvioso amanecer pero estamos nosotros los sobrevivientes, herederos de sus enseñanzas, hijos de la nación, que hoy defiende a su hermosa Giraldilla y lo hace con la fuerza de la palabra y la defensa de las conquistas de un pequeño país, al que mucho le queda por hacer, pero le sobra el talento y la valentía para definir su propio destino, sin injerencia extranjera de ningún tipo.

La ciudad natal de José Martí, vuelve a andar en un nuevo aniversario.