Chávez y la América

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Hugo ChávezHugo Chávez se convirtió en uno de los paradigmas de la América y mostrarlo desde la unión de historia, arte y medicina, nos  conduce por varios caminos en los cuáles tropezamos con la valentía, el amor a la Patria, la hidalguía, la entereza, la férrea voluntad de luchar por los pueblos del mundo. La historia en Chávez, no empezó en el año 1982 cuando fundó el movimiento Bolivariano Revolucionario 200, en alusión a los 200 años del natalicio de Simón Bolívar, sino que comenzó en el siglo XIX cuando surgió el propio Bolívar, el libertador, el hombre de las dificultades como él solía llamarse, orador y estratega universal, líder nato, que con su fé contagió y lideró a sus tropas y  se impuso como el Jefe supremo en el sueño por la Gran Colombia, con una visión futurista de unidad latinoamericana, que él no pudo llevar a su fin pero encontraría una continuidad el día 28 de julio de 1954, cuando el espíritu luchador de Bolívar halló descanso en el cuerpo del niño que nacería ese día y tendría por nombre Hugo Rafael Chávez Frías.

El canto, que llevó a todos, la música, los proyectos sociales, culturales, deportivos que situaron a su país en un escalón del deporte internacional en el cual no había estado nunca, son también parte de su legado.

Hugo doblegó sus ansias por pintar y escribir, por la palabra, el lenguaje verbal, el orador. Ese modo de expresarse fue más importante, vital en sus ansias de librar del  neoliberalismo a los pueblos latinoamericanos.

Escribir sobre Chávez, lleva indiscutiblemente al cáncer, enfermedad maligna, solucionable con un diagnóstico precoz, extirpación de la zona afectada y tratamiento indicado. El diagnóstico precoz del cáncer, implica que el paciente acuda  a tiempo y esas horas o minutos no existían, en un hombre como Chávez, que como él mismo dijera: “Su vida ya no le pertenecía”, sus dolores no tenían cabida ante el dolor de todo un pueblo y fue ahí, donde el cáncer, enfermedad fatal y odiada, se convirtió en asesina, en homicida de una persona que no lo merecía.

La enfermedad en Chávez nos dejó una gran enseñanza, porque ante la inminencia de la muerte, hay que aprender a morir y es entonces que los hombres y mujeres que ya eran grandes, se agigantan. A pesar del tratamiento agresivo,  ¡Cuán mal debe haberse sentido a veces! y siempre salía a continuar con su proyecto social para su pueblo, con la misma hidalguía con que Ernesto Guevara llevaba su asma bronquial.

El siglo XIX tuvo a un Bolívar que se continuó en Chávez y a un Martí que tuvo una continuidad en Fidel. Chávez a su vez fue Bolívar y Fidel, se convirtió sin proponérselo en el heredero de Simón que logró unir  a la América Latina y supo dejar su huella en la América del Norte, Europa, Asia, África; el orador que sustituyó la voz firme, enérgica, las palabras certeras de un Fidel, que ya no podía hablar en la ONU y entonces esa tribuna fue también su herencia y lo hizo como nadie. Intentó convencer a los pueblos de la América que el mejor proyecto social es el que piensa en todos, porque sólo desde ese proyecto podremos cumplir algunos de nuestros sueños y lo hizo de un modo desenfadado al llamar a Marx, como el viejo Marx, tratando de alejar el fantasma temido en Venezuela, pero entonces ideó el socialismo del siglo XXI y convirtió al ALCA explotadora en el ALBA liberador.

Entonces Hugo fue Bolívar, fue Martí, fue Fidel, fue Marx y se hizo tierra, sueños, inspiración, lucha, se hizo eterno.

Antes de morir ya era de esos que luchan todos los días, de los que Brecht nombró como imprescindibles.

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