Bajo una luz martiana

Cada 28 de enero, es un día de extraordinaria importancia en la vida de los cubanos. El nacimiento de José Julián Martí y Pérez en la calle Paula en la Habana, marca el florecer de una nueva época y el renacer en cada generación. Martí vivió, luchó y murió por la defensa de lo que el catalogó como Patria. Una fuerza que no distinguía color de piel, creencias, pensamientos religiosos o políticos que no se desviarán de la independencia de Cuba. Una isla, dueña de su propio destino, el que tenía que ser capaz de crear con la cultura y la educación, luego de haber conquistado la libertad al liberarse del yugo español. Ser martiano en el siglo XXI, comprende un pensamiento filosófico, que no se alcanza de otro modo, que no sea estudiando y comprendiendo la obra de José Martí. Un Centro de Estudios, lidera esa labor y con tesón y sacrificio, mantiene la luz martiana en cada día que amanece en la isla.

Martí, más de allá del propio ser, se convirtió en la motivación, la inspiración, la fuerza, la respuesta a cualquier interrogante, que siempre puede encontrarse en las páginas de sus Obras escogidas, en cualquiera de sus poemas y en esos pensamientos que no dejan de estar presentes a cada instante.

Un nuevo 28 de enero amanece, cuando todo el país, se enfrenta a una pandemia, que nos ha robado varias vidas humanas y a lo cual sólo nosotros podemos vencer.

En las vacunas cubanas contra la covid 19, está también, la fuerza y la luz martiana.