La evolución nos hace más altos y listos, pero no siempre más sanos
Al parecer la diversidad genética favorece un incremento de talla y capacidades cognitivas, pero no protege frente a enfermedades cardiovasculares.En un estudio que se acaba de publicar en la revista Nature se señala que la evolución selecciona a los humanos para que sean de mayor talla e inteligencia que sus ancestros, aunque no más sanos. En total se estudiaron datos de más de 350.000 personas en más de 100 estudios realizados en todo el mundo por investigadores de la Universidad de Edimburgo(Reino Unido).
Los resultados indican que la diversidad genética, que se incrementaba cuanto más lejano sea el parentesco entre los padres, está relacionada con una mayor estatura, mayor capacidad cognitiva y mayor nivel educativo. Los autores estiman que los hijos de primos carnales miden 1,2 centímetros menos que la media y tienen 10 meses menos de educación.
Sin embargo, el análisis, que también observó cierta ventaja de la diversidad genética en el funcionamiento de los pulmones, no encontró, a diferencia de otros estudios anteriores de menor tamaño, el mismo vínculo con otros rasgos como niveles de colesterol o presión sanguínea que tienen una gran influencia en enfermedades graves como las cardiovasculares o la diabetes.
Estos resultados contradicen otros previos que sugerían que un parentesco cercano de los padres aumentaba las probabilidades de una persona de sufrir determinadas enfermedades. Algunos trabajoshabían calculado que las probabilidades de que los hijos de primos carnales tengan defectos congénitos era solo un 1,7% mayor que el de parejas sin parentesco cercano. Además, la tasa de mortalidad es un 4,4% más elevada.
El estudio que se publicó en Nature, observó efectos similares en poblaciones de cuatro continentes, algo que sugiere que la estatura y la inteligencia han experimentado una presión selectiva a lo largo de la evolución humana mientras otros factores de riesgo relacionados con algunas enfermedades, no se han comportado así.
Fecha:8/10/2015
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/07/01/ciencia/1435768606_857101.html
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