El futuro de la pandemia visto por la bioquímica Silvia Gold: “Mucho de lo que aprendimos con dengue, creemos que es lo que hay que hacer con COVID-19″
El estudio con la droga ivermectina fue interdisciplinario entre instituciones público-privadas y muy riguroso en 45 pacientes. Se estudió dar la dosis más alta, sobre la que había datos publicados de seguridad, y con esa dosis ( 0.6 miligramos por kilo de peso) se trató a los 30 pacientes. La carga viral la hizo el laboratorio de virología del Hospital Garrahan y el estudio farmacocinético lo hizo el CIVETAN, un centro de investigación de Tandil (Shutterstock)
A Gold bien podría caberle el título honorífico de Dama de la ciencia argentina. Y le cabe por varias razones: las que atañen a su prolífica carrera científica en el país como bioquímica, como investigadora de las ETD o males de la pobreza, un trabajo en el que Gold actuó de avanzada al aplicar la investigación en terreno y en el laboratorio.
– Usted recibió recientemente una convocatoria de la Organización Mundial de la Salud para integrar el board de la Fundación OMS, es la única científica latinoamericana hasta ahora que recibió ese convite. Permítame contarlo públicamente porque usted es de perfil bajo y no me lo iba a mencionar…
-Sí, es cierto. Es la primera vez en los 70 años de la OMS que crea la Fundación OMS. La pandemia por COVID-19 aceleró la creación y se formó en mayo de 2020, y ahora está constituyéndose. Y finalmente me invitaron en agosto pasado para integrar como miembro del board de la Fundación. Realmente es muy grato porque nuestra estrategia desde la Fundación Mundo Sano fue siempre generar evidencia que contribuya con políticas públicas y la OMS es como el faro de la salud mundial.
– En este contexto de crisis sanitaria general, una cuestión que a menudo se pasa por alto es el impacto en las enfermedades que ya en la vieja normalidad llamábamos desatendidas, aquellas que siempre se vieron postergadas en las prioridades de la salud pública porque los afectados, en su gran mayoría, pertenecen a grupos sociales vulnerables, marginales y carecen de influencia política: la más conocida en la Argentina es la enfermedad de Chagas. ¿Cómo ve esa tensión hoy con este nuevo mundo?
– Justamente la OMS acaba de hacer la hoja de ruta 2020-2030 entonces estamos alineados con la OMS porque siempre pensamos que se necesitan organismos internacionales y ahora más que nunca. La OMS está centrando la estrategia en acción transversal entre las distintas enfermedades, evidencia y políticas basadas en evidencia, cooperaciones público – privadas porque entendemos que es responsabilidad de los Estados pero agradecemos que haya un espacio en el que podamos contribuir.
La transversalidad entre las enfermedades nos parece fundamental, porque muchas veces los programas son valiosos desde el punto de vista técnico, pero no son efectivos. Nosotros creemos mucho en el primer nivel de atención y que el médico que atienda, o el agente de salud, pueda pensar en todas las enfermedades que la persona pueda tener y que muchas de ellas las puede resolver fácilmente.
También trabajamos mucho el dengue y con el consiguiente control de la vía de transmisión de la enfermedad: los mosquitos. Otra cosa que en Mundo Sano consideramos clave es el trabajo en escala municipal, y por suerte es algo que ahora se valora mucho. Estamos haciendo un programa de monitoreo del mosquito y ayudamos a los municipios que lo necesiten, les instalamos las ovitrampas, hacemos informes y esto se está convirtiendo en una red.